¿Cómo afecta la obesidad tipo 1 a nuestros órganos?

La obesidad no es una mera cuestión estética, sino un importante problema de salud que disminuye la esperanza y la calidad de vida. Las consecuencias negativas del exceso de peso en nuestro organismo comienzan a notarse desde los grados más leves de obesidad, por eso, es importante conocerlas, prevenirlas y atajarlas mediante tratamientos eficaces. ¿Sabes cómo afecta la obesidad a tus órganos?

Mujer morena

La obesidad y el aparato respiratorio

La obesidad ejerce presión sobre el diafragma y el tórax y debilita la fuerza de los músculos respiratorios, lo que hace que respirar sea más trabajoso. Pero también es un factor de riesgo de apnea obstructiva del sueño, los ronquidos, un trastorno que se produce cuando se obstruye de manera intermitente la vía aérea superior debido a que la musculatura faríngea no puede mantenerla abierta. La acumulación de tejido graso en la zona de la faringe puede causar o empeorar este problema.

Problemas de Corazón

El sobrepeso es un factor de riesgo directo de enfermedades cardiovasculares: debilita la capacidad de bombeo del corazón causando insuficiencia cardiaca y favorece la formación de coágulos que suelen provocar trombosis. Además, la acumulación de colesterol y grasa en las paredes de las arterias hace que se obstruyan, endurezcan y pierdan elasticidad, apareciendo así problemas circulatorios y cardiacos.

Páncreas

El páncreas genera insulina, una hormona que permite que la glucosa penetre en las células y se convierta en energía necesaria para los órganos y tejidos. Cuando la producción de insulina es insuficiente o las células no pueden aprovecharla surge la diabetes tipo 2.

El 80% de los diabéticos tipo 2 tiene obesidad, por lo que la relación entre ambas enfermedades es clara. Conforme aumenta el peso, disminuye la sensibilidad de las células a la insulina y se eleva el nivel de glucosa circulante en sangre.

Otros órganos internos

El tejido adiposo que genera la obesidad es capaz de cambiar la fisiología de otros órganos y se ha demostrado su relación, mediante diversos mecanismos de actuación, con el desarrollo de cáncer de mama, colon, estómago, páncreas, hígado, riñón, esófago y próstata. En el caso concreto del hígado, también es posible el desarrollo