La angiografía ocular es una prueba oftalmológica que se hace para estudiar la circulación sanguínea del fondo de ojo, específicamente de la retina y la coroides, que es una capa del globo ocular y está situada entre la retina y la parte blanca del ojo o esclerótica.

Mediante la angiografía ocular es posible diagnosticar y hacer el seguimiento de diversas patologías de la retina.

La angiografía ocular se puede hacer con un contraste de fluoresceína sódica (AGF) o con verde de indocianina (AVI). Estos dos tipos de contrastes tienen propiedades y usos distintos.

Tipos de contrastes

Fluoresceína sódica (AGF)

La fluoresceína sódica se utiliza para el estudio de la circulación retiniana, por lo que es el más usado para el examen de los vasos sanguíneos de la retina en general.

Verde de indocianina (AVI)

El verde indocianina se emplea para estudiar los vasos profundos de la capa coroidea, para el diagnóstico de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) y otras patologías oftalmológicas. Ambos contrastes se administran por vía intravenosa.

Dilatación de la pupila

Para hacer la angiografía ocular el oftalmólogo dilatará tu pupila con unas gotas que pondrá en el ojo y a continuación te administrará el contraste por vía intravenosa a través de una vena del antebrazo.

Pasados unos segundos, cuando el contraste ya haya alcanzado la retina y circule por los vasos sanguíneos resaltándolos, el especialista hará la exploración del fondo de ojo tomando fotografías mediante un aparato llamado angiógrafo.

Esta especie de cámara fotográfica transmite imágenes de la red vascular del ojo, lo que dará a tu oftalmólogo información muy valiosa sobre las posibles alteraciones que sufre el ojo.

¿Qué detecta la angiografía ocular ?

Entre las patologías que pueden detectarse con la angiografía ocular se encuentran las siguientes:

  • La degeneración macular asociada a la edad.
  • Retinopatía diabética.
  • Enfermedades que presentan oclusión vascular de la retina (trombosis venosa y otras anomalías).
  • Algunos casos de inflamaciones o tumores retinianos.

¿Duele hacerse esta prueba?

La angiografía ocular es un procedimiento sencillo e indoloro, por lo que no debes preocuparte. De hecho, es probable que la máxima molestia que sientas sea la del pinchazo para colocar la vía por la que se introduce el contraste.

Después de la prueba de la angiografía ocular  también notarás cierta coloración anaranjada o amarilla de la orina y la piel, pero esto es transitorio y desaparece en unas horas. Eso significa que estás eliminando el contraste.

Sin embargo, aunque se trata de una prueba sencilla es recomendable que acudas acompañado porque tus pupilas todavía permanecerán dilatadas durante unas horas tras la prueba, por lo que no podrás ver bien y es posible que necesites ayuda para volver a casa. Además, si sales de la consulta por la noche, cualquier luz de las farolas o de los semáforos te resultarán muy molestas.

Es muy importante informar al médico si presentas alergias a medicamentos u otros contrastes. De hecho, la reacción alérgica al contraste es la más grave de las complicaciones.