La rabdomiólisis consiste en la desintegración de las fibras musculares debido a un sobre-entrenamiento o esfuerzo excesivo.

Como consecuencia de ese deterioro muscular se libera mioglobina al torrente sanguíneo, una sustancia proteica que es especialmente dañina para el riñón, ya que obstruye los túbulos renales y puede causar necrosis tubular o insuficiencia renal aguda. De hecho, los casos más graves de rabdomiólisis suelen necesitar diálisis.

La electroestimulación muscular

En los últimos años, el auge de la electroestimulación muscular como forma de entrenamiento ha puesto el foco sobre el riesgo de rabdomiólisis en deportistas.

En condiciones normales, nuestro organismo tiene la capacidad de regenerar las fibras musculares que se van deteriorando con el ejercicio o el esfuerzo muscular. Sin embargo, cuando el daño es extremo es incapaz de reponer las fibras deterioradas.

El sobreentrenamiento 

Pero no solo la electroestimulación puede favorecer la aparición de rabdomiólisis, el sobreentrenamiento, o realizar ejercicio de alta intensidad, como el HIIT (high-intensity interval training) o el crossfit, también pueden causar este trastorno, ya que favorecen las microrroturas de las fibras musculares, especialmente si hemos estado tiempo sin entrenar y queremos ponernos en forma cuanto antes llevándonos un poco al límite.

¿Por qué aparece la rabdomiólisis?

El principal motivo de la rotura de fibras musculares es el sobreesfuerzo, se han registrado casos de rabdomiólisis tras carreras de larga distancia (maratón o ultrafondo) pero también tras una clase de spinning de media hora.

Lo cierto es que la rabdomiólisis en los deportistas es poco frecuente, pero es importante estar atentos a los signos de alarma para poder identificarla de manera precoz y evitar daños mayores.

Otras causas de la rabdomiólisis

Además del sobre-entrenamiento, hay otros factores de riesgo que incrementan las probabilidades de sufrirla:

  • Consumo excesivo de alcohol y drogas.
  • Entrenamiento a temperaturas excesivamente altas o bajas (insolación o hipotermia).
  • Isquemia o necrosis muscular causada por enfermedades del aparato circulatorio.
  • Enfermedades autoinmunes y metabólicas.
  • Deshidratación.
  • Traumatismos y lesiones por aplastamiento.

Síntomas de la rabdiomiólisis

La señal inequívoca de que tenemos rabdomiólisis es que la orina se oscurece (coluria): es de color marrón o rojo oscuro.

Ante esta señal, bemos acudir rápidamente al médico para que confirme el diagnóstico, determine si tenemos algún grado de daño en el riñón y ver el tratamiento que necesitamos.

Para ello nos hará un análisis de sangre y de orina. Si los niveles de creatina fosfoquinasa (una enzima presente en el tejido muscular) y mioglobina son elevadas, se confirma el diagnóstico de rabdomiólisis. Pero además, hay otros signos de alarma a los que debemos prestar atención:

  • Fatiga extrema y dolor muscular.
  • Hinchazón y flacidez muscular.
  • Calambres y debilidad.
  • Náuseas y vómitos.
  • Cólicos.

Tratamiento 

El tratamiento de la rabdomiólisis dependerá de los síntomas y del grado de afectación renal. En todo caso debe ser lo más precoz posible para reducir daños y puede incluir la rehidratación mediante administración de líquidos por vía oral o intravenosa, según la gravedad del caso, así como diuréticos y bicarbonato para favorecer la eliminación de la mioglobina.

Consejos para prevenir la rabdomiólisis

  • Evita el sobreesfuerzo: En primer lugar, es fundamental entrenar con cabeza; esto es, escuchando a nuestro cuerpo y siendo prudentes. La ambición nos ayuda a superar retos deportivos, pero también nos puede llevar a un entrenamiento sin control que termine pasándonos factura a través de lesiones articulares y musculares permanentes.
  • Sigue un plan de entrenamiento progresivo: Debemos establecer un plan de ejercicios para bajar de peso y, si es posible, contar con el consejo de un entrenador cada vez que queramos intensificar o introducir una nueva rutina de ejercicios.
  • Bebe líquidos mientras haces ejercicio: Mantener un buen nivel de hidratación, ya que en caso de rabdomiólisis ayudará a eliminar rápidamente la mioglobina y a prevenir el daño renal. Y por supuesto, es fundamental evitar los factores de riesgo que hemos mencionado antes, especialmente entrenar a temperaturas extremas o consumir alcohol y otras sustancias tóxicas, incluidos anabolizantes y esteroides.