La cirugía bimaxilar, como su nombre indica, es la cirugía ortognática que se centra en resolver los problemas que se localizan en el maxilar y en la mandíbula.

Tipos de anomalías en la mandíbula

Estos pueden deberse a distintas causas y pueden darse en diferentes grados, a continuación te presentamos algunos de ellos:

Mala oclusión o mordida abierta

El problema de mordida abierta  puede deberse a defectos en el maxilar, en la mandíbula o en ambos huesos a la vez, se trata de una alteración que impide que se pueda cerrar bien la boca y que los dientes encajen correctamente, tanto los de delante como los posteriores. Es decir, al cerrar la boca no chocan entre sí la parte de arriba con la de abajo, llegando a producir serios problemas funcionales y estéticos.

En el caso de que se deba a una alteración en ambos huesos se recurre a la cirugía bimaxilar, siempre y cuando antes se haya llevado a cabo un estudio exhaustivo, apoyándose en pruebas radiológicas de imagen para valorar la causa del problema.

Es importante realizarse estas pruebas porque las irregularidades óseas también pueden afectar en mayor o en menor medida a los dientes, produciendo una falta de alineamiento de las arcadas dentales, lo que hace que puedan surgir complicaciones para masticar, hablar (ceceo) o respirar.

Antes de una cirugía bimaxilar

Antes de entrar en quirófano, el equipo de cirujanos maxilofaciales y ortodoncistas hará una simulación de la cirugía para ver la necesidad de seguir un tratamiento de ortodoncia una vez recuperado el paciente de la cirugía bimaxilar.

En qué consiste la intervención

En líneas generales, lo que se hace en la intervención es llevar a la posición correcta los huesos que no están alineados mediante tracción y fijarlos. En los casos en los que sea necesario, como por ejemplo cuando el maxilar o la mandíbula tienen un tamaño excesivo, se procederá a cortar la parte del hueso sobrante y osteomizarla con una fijación con placas y tornillos de titanio. Se accede a la zona a intervenir por la boca, con lo cual se evitan las cicatrices en la cara.

La intervención se hace con anestesia general y suele durar una hora y media. Una vez pasada la anestesia y reanimado el paciente, pasa a planta y está en observación unas 24 horas. Al día siguiente, tras comprobar que todo ha ido bien, puede recibir el alta.

Para controlar los dolores y molestias del postoperatorio, el equipo médico suele prescribir analgésicos y antiinflamatorios, ya que toda la mucosa de la cara se ve afectada durante la cirugía y con la ayuda de estos fármacos se baja la inflamación.

Tras pasar las revisiones pautadas, en un periodo que no suele superar las dos semanas, el paciente puede volver a hacer vida normal.

Post-operatorio cirugía bimaxilar

Después de la cirugía bimaxilar puedes sentir algo raro al respirar. No te preocupes, es normal, ya que la inflamación de los tejidos puede hacer que entre menos cantidad de aire por las fosas nasales, situación que se irá resolviendo poco a poco con el paso de los días.

Para evitar infecciones, se suelen administrar antibióticos. Sigue las recomendaciones de tu equipo de cirujanos y no suspendas el tratamiento, porque aunque las incisiones son muy pequeñas, puede haber riesgo de infección si no tomas los antibióticos durante unos días.

Después de la cirugía también puedes tener la sensación de que no sientes los dientes. Esto es debido a que durante la intervención los nervios dentales se ven afectados por los cambios producidos. Poco a poco volverán a recuperarse. Una de las ventajas de esto es que tendrás menos sensación de dolor. No obstante, los analgésicos te ayudarán con las molestias.

Recuerda, que tienes que tomarte tu tiempo en el pos-toperatorio. La cirugía bimaxilar comprende trabajar en varias estructuras a la vez, por lo que la recuperación puede variar entre una y dos semanas, dependiendo de cada caso.