Postoperatorio con la cirugía robótica Da Vinci
El sistema quirúrgico Da Vinci es en la actualidad el máximo exponente de la cirugía robótica en urología, permitiendo realizar intervenciones complejas con alta precisión y seguridad. Este robot quirúrgico consta de una consola, una torre de visión en 3D de alta definición y un carro quirúrgico con varios brazos robóticos que sujetan todo el material y las herramientas necesarias para las intervenciones.
Los resultados en cáncer de próstata son muy positivos y gracias al robot Da Vinci es posible realizar prostatectomías parciales o radicales mínimamente invasivas. El cirujano maneja desde la consola los brazos robóticos que extirparán la glándula prostática afectada y gracias a la alta tecnología de este sistema es posible reducir el riesgo de temblor en la ejecución de las incisiones y demás procedimientos.
Pero el sistema quirúrgico Da Vinci no solo ofrece beneficios al cirujano, sino también al paciente, ya que el postoperatorio es mucho más corto y menos doloroso que el que se experimenta con otras técnicas, como la cirugía abierta o la laparoscopia convencional no robotizada.
El postoperatorio tras una intervención con el robot Da Vinci presenta las siguientes ventajas para el paciente:
- Las incisiones y cicatrices son más pequeñas y el dolor postoperatorio es fácilmente controlado con analgésicos
- El riesgo de sangrado es menor y las transfusiones son menos necesarias
- Disminuyen las complicaciones y el riesgo de infección
- Se retira antes la sonda que debe llevar el paciente
- El tiempo de hospitalización es menor y la recuperación es más rápida
- La continencia urinaria y la función sexual se recuperan más rápidamente
Tras la intervención el paciente deberá llevar una sonda vesical durante una o dos semanas, y es recomendable que guarde reposo hasta que se sienta seguro como para retomar poco a poco sus actividades habituales.
Lo normal es que conforme avance el postoperatorio recupere la continencia urinaria y la función eréctil, si bien el tiempo de recuperación dependerá de cómo haya ido la intervención, la edad del paciente y su estado general de salud, entre otras cosas.
El urólogo establecerá un calendario de visitas y revisiones para controlar que todo se va desarrollando correctamente y que el paciente evoluciona según lo previsto. En estas revisiones controlará parámetros generales de salud y también específicos de la salud prostática, como la determinación mediante un análisis de sangre del antígeno prostático específico, conocido como PSA, uno de los indicadores de cáncer de próstata.