En ocasiones, la alegría y emoción ante la llegada del bebé a la familia se ve empañado por una serie de miedos de una madre primeriza, que, aunque son normales, pueden acabar en un exceso de ansiedad y estrés causados, principalmente, por la idea errónea de que solo ellas son capaces de cuidar y proteger al pequeño.
Todo son cambios
A esto debemos añadir el peso de los cambios físicos, psicológicos y sociales que rodean a la maternidad, sobre todo durante los primeros meses.
La falta de experiencia y la responsabilidad pesan como una losa, de manera que cualquier situación, aunque esté dentro de la normalidad y no suponga un gran problema, se convierte en un reto inabordable.
Entre los miedos de una madre primeriza, se encuentra que el bebé sufra un problema de salud. Este miedo puede agravarse si va a la guardería o se queda con alguien de confianza, ya que la madre puede pensar que si surge algún problema no va a estar allí para solucionarlo.
En estos casos aparece un sentimiento de culpa por el supuesto abandono del pequeño que puede causar cuadros de ansiedad, estrés y depresión.
Principales miedos de una madre primeriza
Hay muchos motivos de preocupación que hacen que la madre asuma una sobrecarga en el cuidado de su bebé:
- Sensación de no ser una buena madre o no esforzarse lo suficiente, es uno de los miedos de una madre primeriza más comunes.
- Temor a una posible muerte súbita.
- No ser capaz de alimentarlo correctamente.
- Miedo a un atragantamiento.
- Cometer algún error en su cuidado que tenga consecuencias permanentes o irreversibles.
- Pensar que no se le dedica el tiempo suficiente.
¿Cómo superar los miedos de una madre primeriza?
La información es la mejor manera de superar estos miedos de una madre primeriza, y reducir la ansiedad que implica pensar que solo tú puedes ocuparte y cuidar bien del bebé.
El ginecólogo, el pediatra y la matrona son fundamentales a la hora de despejar dudas, resolver problemas y ayudarnos a relativizar, valorando de manera realista la importancia y las consecuencias de las situaciones que nos preocupan.
Asimismo, es importante buscar ayuda psicológica para controlar las emociones y los miedos de una madre primeriza que causan estrés y ansiedad. Esto no solo nos ayudará a sentirnos bien sino también a cuidar mejor del bebé, lo cual aumentará aún más nuestra tranquilidad. A esta ayuda debemos sumar hábitos de vida saludables, una buena alimentación, actividad física regular y ejercicios de relajación que nos ayuden a aumentar nuestro bienestar.
Por último, debemos compartir todos los temores e inquietudes con nuestra pareja y es muy útil contactar con otras madres a través de grupos de apoyo. De esta manera, comprobaremos que no somos las únicas que tenemos preocupaciones y podremos saber cómo las han manejado otras madres primerizas.