El parto a término se produce en torno a la semana 40 de gestación, mientras que el parto prematuro se dan entre las semanas 21 y 37.

Se estima que entre el 5% y 10% de las embarazadas tienen un parto prematuro, lo que puede suponer un problema importante no sólo desde el punto de vista obstétrico, sino también neonatal, ya que estos bebés pueden presentar complicaciones o incluso fallecer por su prematuridad. De hecho, el parto prematuro está considerado actualmente como la primera causa de muerte en neonatos.

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Riesgos del parto prematuro

Entre los factores de riesgo de parto prematuro se encuentran los siguientes:

  • Infecciones de las vías urinarias o vaginales, enfermedades renales o diabetes, entre otras patologías.
  • Abortos o partos prematuros posteriores.
  • Presencia de miomas múltiples.
  • Placenta previa o desprendimiento de placenta.
  • Embarazo múltiple.

A estos factores hay que sumar determinados trastornos, enfermedades o afecciones que pueden surgir durante el embarazo, como anomalías en el desarrollo del feto, diabetes gestacional, preeclampsia o alguna enfermedad de transmisión sexual.

En cualquier caso, para identificar el riesgo de un posible parto prematuro es fundamental que la embarazada esté atenta a cualquiera de los siguientes síntomas:

  • Contracciones uterinas regulares, con o sin dolor.
  • Sensación de presión en la zona pélvica.
  • Hemorragia vaginal.
  • Alteraciones y cambios en la secreción vaginal, como por ejemplo flujo de color marrón o sangre.

Para evitar un parto prematuro también es importante un buen cuidado prenatal que, sin duda, puede ayudar a detectar posibles afecciones y complicaciones, ayudando así a tratarlas antes de iniciar la gestación.

Si ya se sabe que existe la posibilidad de tener este tipo de partos, es fundamental ponerse en manos de un equipo médico especializado que establezca un plan de seguimiento individualizado. De esta manera se podrá detectar de manera precoz cualquier signo de parto prematuro y tomar  las decisiones necesarias para garantizar la salud de la madre y del bebé prematuro.