Una vez que se va aproximando la fecha del parto, tu ginecólogo hará los controles necesarios para ver cómo tu cuerpo se va preparando para ponerse de parto.

¿Qué significa exactamente ponerse de parto o salir de cuentas?

Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, el trabajo de parto de una embarazada sin factores de riesgo durante la gestación se inicia de forma espontánea entre las semanas 37 y 42, tras una evolución fisiológica de la dilatación y el parto que culmina con el nacimiento de un recién nacido normal que se adapta de forma adecuada a la vida extrauterina.

En ese momento comprobará si tu hijo está bien colocado para salir o si por el contrario tiene una presentación de nalgas. En ese caso, se valorará la necesidad de hacer una versión, una cesárea o recurrir a otras alternativas naturales, como puede ser la acupuntura.

No ponerse de parto

Pero no te inquietes si no te pones de parto en el momento previsto, ya que ha podido haber una confusión en calcular las semanas de embarazo porque tus ciclos son más largos de lo normal (28 días) o simplemente aún no estás preparada.

Síntomas de ponerse de parto

Tienes que tener en cuenta que mientras se va acercando el momento de  ponerse de parto se van produciendo una serie de cambios que te pueden dar pistas sobre el parto:

  • Cambios de temperatura. De repente puedes sentir mucho calor, una situación similar a los sofocos
  • Caída del tapón mucoso
  • Contracciones cada vez más frecuentes.
  • Rotura de aguas
  • Dilatación del cuello del útero
  • Una mayor retención de líquidos, que se puede hacer más patente en las piernas y en la cara

Control previo a ponerse de parto

Durante este tiempo y cuando lo considere necesario tu equipo de especialistas, empezarán a registrar el latido del corazón de tu hijo con los monitores para asegurar que se encuentra bien. Esto se hará varias veces en las fechas próximas al parto y según las necesidades de cada madre.

Ante cualquier duda sobre todo lo relaciondo con ponerse de parto, habla con tu ginecólogo o con tu matrona, que son los únicos que te pueden dar las recomendaciones más adecuadas hasta que des a luz. Recuerda que cuanto más en forma llegues al alumbramiento, mejor, ya que el parto requiere un trabajo físico importante, para el que seguramente ya te has entrenado en los cursos de preparación al parto.