Parece mentira, pero hemos dicho adiós al segundo trimestre y ya estamos en el tercer trimestre de embarazo nos acercamos a la recta final del embarazo y cada vez queda menos para tener a nuestro bebé en el regazo.

Nos enfrentamos a un tercer trimestre de embarazo en el que empezamos a sentir el verdadero peso del embarazo, y no nos referimos exclusivamente a una cuestión de kilos.

Cambios en el tercer trimestre de embarazo

Ganar peso durante el tercer trimestre de embarazo

La ganancia de peso durante el tercer trimestre de embarazo será mayor, así como la actividad fetal, que se intensificará y será mucho más frecuente.

Pero además empezaremos a sentir el peso de los síntomas: cansancio, dolores de cabeza, mayor estreñimiento, flatulencias, ardor de estómago, congestión nasal, calambres e hinchazón en piernas, tobillos y pies, varices, hemorroides, problemas para conciliar el sueño, aparición del calostro…

Esto sin contar con los síntomas emocionales, ya que en el tercer trimestre de embarazo aumenta el temor, la ansiedad y el nerviosismo en relación al parto. Primeriza o no, la experiencia del parto es siempre distinta y surgen dudas sobre cómo enfrentarse a él y cómo prevenir complicaciones.

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El seguimiento médico en la recta final

El seguimiento del especialista es fundamental en el tercer trimestre de embarazo, ya que es necesario asegurarnos de que madre y bebé llegan en perfecto estado al momento del alumbramiento.

Durante los controles mensuales rutinarios de este trimestre el especialista volverá a pesarnos, tomarnos la presión arterial, se hará una nueva analítica en la que además de ver los parámetros habituales se realizará una prueba de coagulación con el fin de valorar el riesgo de una posible hemorragia durante el parto y la conveniencia o no de utilizar anestesia epidural.

En esta analítica se vuelve a detectar la presencia enfermedades infecciosas, como la hepatitis B, VIH o toxoplasmosis.

La semana 34

En el último mes se intensificarán los controles, que pasarán a ser cada dos semanas. En la semana 34 se realiza una nueva ecografía importante en la que se verá si el crecimiento fetal es adecuado y cómo está colocado el bebé.

También es importante que durante este trimestre se vacune de la tosferina.

La semana 36

En la semana 36 se hará un cultivo vaginal para ver la presencia del estreptococo Agalactiae, una bacteria que se encuentra en el tracto intestinal y en la vagina. Esta bacteria es inofensiva en los adultos pero transmitida al bebé durante el parto puede provocarle infecciones graves e incluso la muerte.

Si se detecta la bacteria lo habitual es que se administren antibióticos durante el parto para eliminar el riesgo de infección al bebé.

La semana 40

La semana 40 indica que el embarazo ha llegado a término, pero eso no significa que se vaya a dar a luz en ese momento: menos del 5% de los bebés nacen el día en que se sale de cuentas y cerca del 50% se retrasa.

A partir de la semana 40 suelen realizarse los registros cardiotocográficos, también conocidos como ‘monitores’, que permiten controlar la frecuencia cardiaca del feto y las contracciones.

Y si el bebé insiste en retrasarse, en la semana 42 se induce el parto.