Clasificación del grupo sanguíneo

Si estamos planificando un embarazo o si ya sabemos que estamos embarazadas, una de las primeras cosas que debemos conocer es cuál es nuestro grupo sanguíneo y factor Rh y el de nuestra pareja.

Los grupos sanguíneos se clasifican en A, B, AB y 0 (cero), y dependiendo del grupo sanguíneo cada persona tiene un factor de Rh, lo que indica la presencia o no de una proteína hereditaria que se encuentra en la superficie de los glóbulos rojos. Cuando esta proteína no está presente hablamos de Rh negativo, y cuando sí lo está, de Rh positivo.

Incompatibilidad de Rh

La incompatibilidad de Rh se produce cuando una mujer Rh negativo y un hombre Rh positivo conciben o planifican concebir un hijo, y éste hereda el factor Rh positivo del padre. Se estima que al menos el 50% de los bebés que nacen de padres con esta combinación son Rh positivos.

¿Qué peligro entraña esta incompatibilidad Rh?

Si el bebé hereda el Rh negativo de la madre no existe ningún riesgo, pero si hereda el Rh positivo del padre cabe la posibilidad de que la sangre Rh positiva del bebé entre en contacto a través de la placenta con la de la madre Rh negativa, y al detectarlos ésta como una sustancia extraña puede desencadenarse una respuesta de defensa del organismo, que producirá anticuerpos anti-Rh que destruyan los glóbulos rojos del bebé Rh positivo.

Esta incompatibilidad no suele afectar al primer embarazo, ya que la sangre del bebé no penetra en el torrente sanguíneo y no suele entrar en contacto con la de la madre hasta que se produce el parto. Es entonces, al producirse ese contacto, cuando la madre empieza a desarrollar anticuerpos para combatir la presencia de los glóbulos rojos extraños de la sangre del bebé. Por lo tanto, en los sucesivos embarazos la madre ya contará con anticuerpos que pueden atravesar la placenta y atacar los glóbulos rojos de un futuro bebé Rh positivo.

Si los anticuerpos de la madre atacan las células sanguíneas del bebé se desencadena la denominada enfermedad hemolítica o de Rh del recién nacido, que se caracteriza por una gran variedad de trastornos que van desde el desarrollo de hígado y bazo grandes, hasta anemia grave, hidropesía fetal (edema generalizado por exceso de líquidos en los tejidos) o acumulación de bilirrubina en el cerebro, lo que puede causar daños neurológicos irreversibles. El ataque de los anticuerpos también puede provocar la muerte del feto o su fallecimiento poco después de nacer.

Test de Coomb

Sin embargo, este problema se puede prevenir y para ello es importante realizar cuanto antes el Test de Coomb, que indica la incompatibilidad del grupo sanguíneo y factor Rh de madre y bebé.

Si se detecta la incompatibilidad se puede prevenir el desarrollo de anticuerpos mediante la administración de una inyección de inmunoglobulina de Rh en la semana 28 de gestación e inmediatamente después del parto, ya que la madre tarda unas 72 horas en empezar a desarrollarlos. La inmunoglobulina de Rh evitará el desarrollo de anticuerpos susceptibles de atacar a las células sanguíneas del bebé y la inyección también debe administrarse en las mujeres Rh negativas tras cada aborto.