Coronavirus y salud mental

La pandemia causada por el SARS-CoV-2, coronavirus responsable de la COVID-19, ha hecho que la salud mental de la población se resienta. El aislamiento, la necesidad de mantener la distancia social, las medidas restrictivas, el temor al contagio, el uso continuado de la mascarilla… han disparado los sentimientos de temor e indefensión, favoreciendo la aparición de casos de ansiedad y depresión. De hecho, la OMS ha alertado de un importante aumento de los problemas de salud mental por el coronavirus en los países más afectados y un estudio español, publicado en Journal of Affective Disorders, mostró que el 65% de la población de nuestro país ha presentado síntomas depresivos y de ansiedad debido al confinamiento. 

Aunque pueden tener síntomas comunes, lo cierto es que la ansiedad y la depresión son trastornos diferentes. A continuación te contamos sus características y cómo puedes superarlos. 

Ansiedad y depresión durante el coronavirus

¿Qué es la ansiedad y qué es la depresión?

La depresión es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por un ánimo bajo, tono triste, apatía, sufrimiento o malestar continuos, mientras que la ansiedad es una emoción que surge cuando la persona se siente amenazada, bien por un peligro potencial interno o externo, como por ejemplo el coronavirus. Cuando la respuesta de ansiedad es excesiva e incontrolable, hablamos de trastorno de ansiedad

La principal diferencia es que, una vez superada la situación que genera ansiedad, esta suele desaparecer, mientras que no ocurre lo mismo con la depresión. No obstante, ambos trastornos pueden coexistir y en ocasiones es difícil discernir cuál es la patología principal, esto es, si una es síntoma de la otra. En todo caso, se trata de enfermedades que pueden ser incapacitantes y limitar la calidad de vida de quienes las sufren. 

Síntomas de ansiedad y depresión causadas por el coronavirus

La ansiedad y la depresión son dos de los problemas de salud mental que nos ha dejado el coronavirus y cuyos síntomas debemos distinguir para poder afrontarlos. 

Los síntomas de la ansiedad pueden incluir:

  • Miedo, nerviosismo e inseguridad.
  • Pensamientos negativos y catastrofistas.
  • Incapacidad para tomar decisiones.
  • Taquicardia.
  • Opresión en el pecho y sensación de falta de aire.
  • Náuseas y vómitos. 
  • Sudoración y escalofríos. 

Los síntomas de la depresión pueden incluir:

  • Tristeza.
  • Apatía, pérdida de interés.
  • Malestar emocional.
  • Pérdida de apetito.
  • Trastornos del sueño.
  • Cansancio.
  • Incapacidad para concentrarse.
  • Sentir que no se vale o sirve.
  • Pensamientos suicidas.

Causas de la ansiedad y de la depresión: el confinamiento

Aún se desconocen todos los mecanismos que influyen en el desarrollo de la ansiedad y de la depresión. Las experiencias vitales tienen un papel determinante en su aparición, pero también pueden existir factores genéticos que favorezca su desarrollo.

Otros factores que pueden originar ansiedad o depresión son las vivencias traumáticas o estresantes, como la pandemia y el confinamiento por el coronavirus, algunas enfermedades, como las cardiacas o el cáncer, y el consumo de alcohol y otras drogas.

Cómo controlar un ataque  de ansiedad

El ataque de ansiedad aparece de manera repentina y se caracteriza por una reacción de ansiedad intensa acompañada de pensamientos catastrofistas. Durante el ataque de ansiedad, se puede llegar a temer por la propia vida o incluso tener la sensación de muerte inminente. 

Ante esta situación es importante poner en práctica las estrategias de control de ansiedad que nos haya enseñado el especialista, como las técnicas de respiración, relajación y distracción, así como tomar de inmediato la medicación que nos haya prescrito para estas situaciones. Si es necesario, debemos avisar a quienes tengamos alrededor para que nos ayuden a recuperar la calma. 

Tratamiento de la ansiedad y de la depresión

El tratamiento de la ansiedad y la depresión suele combinar la psicoterapia con el uso de medicamentos antidepresivos y ansiolíticos. En todo caso, el tratamiento debe ser prescrito y controlado por el especialista, y se debe evitar la automedicación, ya que puede agravar los síntomas. 

La pandemia del coronavirus nos ha dejado situaciones muy difíciles de manejar y que ha afectado a la salud mental de muchas personas. Por ello, buscar ayuda psicológica es la clave para poder manejar estas y otras muchas situaciones que se nos presentarán a lo largo de la vida y que nos permitirá cuidar nuestra salud mental.

Preguntas frecuentes sobre la ansiedad y depresión

La ansiedad es una reacción de alerta en respuesta a una amenaza potencial. Puede producirse por distintas circunstancias, como por ejemplo el temor al coronavirus, a viajar en avión, a los animales, a relacionarse con otras personas, a la oscuridad, a espacios abiertos o cerrados, o a situaciones vividas en las que la vida ha estado en riesgo, como una guerra o un desastre natural.

La duración de un ataque de ansiedad es variable y no suele superar los 30 minutos. No obstante, algunos de los síntomas o sensaciones pueden tardar algo más en desaparecer.

Las personas que comen para reducir los síntomas de ansiedad pueden sufrir importantes problemas de salud, como obesidad o trastornos cardiovasculares. Ante esta situación, es importante recibir ayuda médica para conocer el origen de la ansiedad y aprender a controlarla sin recurrir a la comida. El especialista nos enseñará estrategias y herramientas que podremos poner en práctica para evitar asaltar el frigorífico. 

La mejor manera de ayudar a una persona con ansiedad es ejerciendo la empatía, escuchando y entendiendo lo que siente. En ningún momento se debe culpar, bromear o menospreciar a la persona. Para quien sufre ansiedad, este es un problema real y doloroso. Pero esto no quiere decir alimentemos su angustia; al contrario, debemos ayudarle a valorar de manera objetiva la situación que le está causando ansiedad para animarle a afrontarla y ayudarle a poner en práctica estrategias que la alivien

El ejercicio físico promueve la segregación de hormonas implicadas en la sensación de bienestar, por lo que es muy recomendable para controlar la ansiedad y el estrés.

El dolor en el pecho y la sensación de falta de aire son síntomas característicos de la ansiedad. Para controlarlos conviene realizar ejercicios de relajación y respiración, y tomar la medicación que haya prescrito el médico cuando los síntomas son agudos.

Para que la ansiedad pueda provocar un infarto la persona debe sufrir algún trastorno cardiovascular previo o contar con factores de riesgo cardiovascular, como por ejemplo hipertensión u obesidad. 

Los síntomas del ataque de ansiedad son muy variados y pueden incluir:

  • Dolor en el pecho.
  • Palpitaciones.
  • Sensación de falta de aire o dificultad para respirar.
  • Temor a morir.
  • Mareo, náuseas y vómitos.
  • Sensación de desmayo. 
  • Sudoración. 
  • Sensación de pérdida de control.
  • Incapacidad para tomar decisiones.
  • Tensión muscular.

La duración del ataque de ansiedad puede variar de una persona a otra, pero lo habitual es que dure entre 15 y 30 minutos.

La ansiedad puede ser tratada por psicólogos y psiquiatras, algunos de los cuales están especializados en el abordaje de los trastornos de ansiedad

La ansiedad surge cuando nos sentimos expuestos a una situación de peligro o que identificamos como una amenaza, ya sea real o imaginaria. Todavía se están estudiando los mecanismos que intervienen en el origen de la ansiedad, pero se cree que se debe a una combinación de factores genéticos, del entorno y experiencias vitales intensas o traumáticas.

El ataque de ansiedad suele aparecer de manera repentina y los síntomas parecen incontrolables: surgen pensamientos catastrofistas, miedo y terror; taquicardia, dificultad para respirar y dolor en el pecho; sensación de pérdida de conciencia o de que se puede morir. 

La ansiedad es una emoción normal que todas las personas experimentamos en algún momento ante situaciones que nos parecen amenazantes. Se trata de una reacción de alerta de nuestro organismo y una vez superada la situación que la causa, los síntomas desaparecen. 

Sin embargo, cuando la reacción de ansiedad es frecuente, excesiva e incontrolable, estamos ante un trastorno de ansiedad y debemos buscar ayuda médica para que no limite nuestra vida. 

Las crisis de ansiedad aparecen de forma repentina y aunque resulte difícil, no es recomendable dejarse llevar por el pánico y el terror. Ante los primeros síntomas es importante buscar un sitio tranquilo para tumbarse o sentarse y poner en práctica técnicas de respiración y relajación que permitan mejorar la sintomatología. También se puede tomar un ansiolítico de acción rápida siempre que haya sido prescrito por el médico para atajar estas situaciones. Una vez controlados la respiración y los síntomas, se recomienda permanecer tranquilo y descansar el tiempo que sea necesario, sin precipitarse para retomar la actividad. 

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