La pancreatitis es una inflamación del páncreas. El sufijo ‘itis’ hace referencia a la inflamación, por lo que aparece cuando el páncreas adquiere un tamaño mayor de lo normal.
Principales funciones del páncreas
- Liberar enzimas para favorecer la digestión.
- Liberar insulina y glucagón para obtener la energía procedente de los alimentos.
Tipos de pancreatitis
Hay dos tipos de pancreatitis, la que se produce de forma puntual (aguda), y la que se va produciendo poco a poco (crónica).
- La pancreatitis aguda: tiene una duración determinada y puede ir desde una leve molestia a una enfermedad grave. En esos casos, puede aparecer hemorragia, daños en los tejidos del páncreas, quistes e infección.
- La pancreatitis crónica: es una inflamación que se extiende en el tiempo y está causada principalmente por el exceso de alcohol. Los síntomas aparecen en las fases más avanzadas.
Causas de la pancreatitis
Aunque un 15% de los casos se desconoce la causa que la provoca, en líneas generales, la aguda y crónica comparten causas. Específicamente:
- El consumo excesivo de alcohol es el causante del 70% de los casos de pancreatitis crónica.
- Los cálculos biliares son las principales causas de la pancreatitis aguda.
- También puede deberse a enfermedades autoinmunes, infecciones y el uso de ciertos medicamentos.
- Tener fibrosis quística
- Los niveles altos de triglicéridos
- Algunos medicamentos también favorecen su aparición.
Síntomas de la pancreatitis
Los síntomas principales de la pancreatitis aguda son:
- Dolor en el abdomen que es más fuerte cuando se comen alimentos con mucha grasa y que se extiende hasta la espalda.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Dolor en la tripa cuando se palpa.
Por su parte, los síntomas de la pancreatitis crónica son similares a los de la aguda, pero hay que sumar diarrea y pérdida de peso, que se debe a los problemas para absorber los alimentos, ya que el páncreas no es capaz de liberar las enzimas necesarias para llevar a cabo este proceso.
Diagnóstico de la pancreatitis
A través de un análisis de sangre se pueden conocer los niveles de dos enzimas digestivas claves: la amilasa y lipasa. Si están altos, puede haber una pancreatitis aguda.
Una vez que se considera que se puede tener una inflamación del páncreas, hacen otras pruebas:
- Prueba de función pancreática donde se determina si el páncreas produce las cantidades correctas de enzimas digestivas.
- Prueba de tolerancia a la glucosa para ver si hay daño en las células del páncreas que producen insulina, las células beta.
- Ecografía, TC y resonancia magnética para ver el tamaño del páncreas y la presencia de cálculos biliares.
- Biopsia para estudiar el tejido pancreático.
Tratamiento de la pancreatitis
Pancreatitis aguda
En el hospital, la pancreatitis aguda se trata con medicamentos para el dolor y la infusión de líquidos por vía intravenosa. En fases más graves, el paciente puede ingresar en la UCI para poder vigilar más de cerca sus constantes vitales y evitar que se produzcan daños en el corazón, el riñón o el pulmón.
Si la pancreatitis aguda está causada por cálculos biliares, en ocasiones es necesario extirpar la vesícula biliar.
Pancreatitis crónica
Los casos de pancreatitis crónica también se tratan con analgésicos para mitigar el dolor y con una dieta adecuada. Como el caso anterior, si es necesario se llevará a cabo una cirugía para terminar con los cálculos biliares.
Si existe una parte importante del tejido pancreático dañado, se puede optar por la cirugía para resecar esa zona y quitar la parte dañada que ya no hace su función.
Consejos preventivos
Las pautas preventivas se centran en:
- Restringir el consumo de alcohol.
- Llevar una dieta sin alimentos grasos.
- Beber muchos líquidos para evitar o retrasar la aparición de pancreatitis.
También es necesario detectar de manera precoz la existencia de cálculos biliares, controlarlos y eliminarlos con cirugía si es necesario.