¿Qué es fibrosis pulmonar?

La fibrosis pulmonar es una enfermedad inflamatoria que surge porque el tejido que conforma el pulmón se daña y se van produciendo cicatrices que hacen que los pulmones cada vez sean más gruesos y duros. Como consecuencia, dejan de funcionar con normalidad y surgen problemas respiratorios, principalmente dificultad para respirar.

Fibrosis pulmonar esperanza de vida

Este daño no es reversible, por lo que los tratamientos van encaminados a tratar y minimizar el impacto de los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas que tienen fibrosis pulmonar. Por lo tanto, el pronóstico de la enfermedad es malo y la supervivencia no supera los 3-4 años tras recibir el diagnóstico.

Fibrosis pulmonar idiopática

Las causas son muy diversas y en algunos casos se desconocen (entonces se denomina fibrosis pulmonar idiopática).

En el desarrollo de la fibrosis pulmonar influyen factores genéticos (fibrosis pulmonar familiar); ambientales, como la exposición a toxinas y contaminantes; haberse sometido a un tratamiento de radiación; la administración de algunos medicamentos (principalmente quimioterapia, ciertos antibióticos y fármacos para tratar problemas del corazón) o tener otras enfermedades, como lupus, esclerodermia, artritis reumatoide, sarcoidosis o neumonía, entre otras.

La gravedad de la fibrosis pulmonar puede hacer que también aparezcan otras complicaciones que complican aún más la enfermedad:

• Hipertensión pulmonar.
• Insuficiencia cardiaca.
• Problemas pulmonares.
• Insuficiencia respiratoria.
• Cáncer de pulmón.

Fibrosis pulmonar síntomas

Esta enfermedad evoluciona y se agrava con el tiempo, por lo que los síntomas van cambiando y empeorando. Además, varían mucho dependiendo del caso: mientras algunos pacientes evolucionan rápidamente y llegan en poco tiempo a un cuadro grave, otros están más estables y el deterioro es más paulatino. Los síntomas más frecuentes son:

• Tos seca.
• Fatiga.
• Problemas para respirar.
• Dolor en las articulaciones y los músculos.
• Ensanchamiento y redondeo de las puntas de los dedos de los pies y/o de las manos.
• Pérdida de peso sin causa aparente.

Fibrosis pulmonar diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de la fibrosis pulmonar se basa en una exploración física, la comprobación de los antecedentes y la realización de una serie de preguntas sobre los hábitos de vida para intentar concretar la causa de la enfermedad.

Entre las pruebas que se pueden hacer están análisis de sangre, técnicas de diagnóstico por imagen (tomografía computarizada, radiografía del tórax o ecocardiograma), pruebas de función pulmonar o una biopsia, que consiste en extraer parte del tejido para analizarlo en el laboratorio.

Una vez que se ha confirmado el diagnóstico, los tratamientos estarán dirigidos a aliviar los síntomas, tratarlos y buscar alternativas para mejorar la calidad de vida del paciente.

Las opciones terapéuticas disponibles son la administración de medicamentos, oxigenoterapia y rehabilitación pulmonar. En casos muy graves y seleccionados, se puede hacer un trasplante de pulmón.

Los expertos insisten en que el tratamiento debe ir acompañado de un cambio del estilo de vida. En primer lugar es fundamental:

  • Dejar de fumar
  • Modificar la alimentación e intentar tomar porciones más pequeñas de comida pero con mayor frecuencia.
  • El ejercicio físico deberá incorporarse a las rutinas diarias adaptado a las posibilidades de cada uno y también será necesario un programa de rehabilitación.

Cómo preparar la consulta con un especialista

Ante la sospecha de un problema pulmonar, el médico de atención primaria te derivará al especialista. La fibrosis pulmonar es una enfermedad grave y difícil de entender, por lo que es recomendable acudir acompañado a la consulta para comprender mejor toda la información que te transmita el médico.

¿Qué preguntas debo hacer al médico?

Algunas de las preguntas que te puede hacer son:
• ¿Qué síntomas tienes y cuándo comenzaron?
• ¿Recibes tratamiento para alguna otra enfermedad?
• ¿Fumas? ¿Desde hace cuánto tiempo?
• ¿Trabajas con algún tipo de compuesto químico y/o tóxico?
• ¿Algún familiar tiene una enfermedad pulmonar crónica?
• ¿Alguna vez ha recibido quimioterapia o radioterapia para el cáncer?
• ¿Tienes alguna otra enfermedad, específicamente, artritis?