El ojo es un órgano complejo diseñado para enfocar correctamente las imágenes en la retina. Cuando este enfoque no es el adecuado, hablamos de defectos de refracción, que pueden afectar al enfoque de objetos cercanos, lejanos o a ambos.

Los problemas de refracción afectan a la mayoría de la población, desde niños a adultos, por lo que es importante controlar la salud de nuestros ojos con el fin de corregir estos defectos de manera precoz.

¿Cuáles son los defectos refractivos más frecuentes?

  • Miopía: la imagen se forma delante de la retina y no sobre ella, por lo que los objetos lejanos se ven borrosos. Esto se debe a un defecto en la curvatura de la córnea o a que el ojo es demasiado largo. En los casos de miopía, la visión cercana no se ve afectada, aunque con el tiempo, y como consecuencia del proceso natural de envejecimiento, puede aparecer presbicia o vista cansada, lo que dificulta la visión de objetos cercanos.


Cómo se opera la presbicia



  • Hipermetropía: los objetos se enfocan detrás de la retina debido a que la córnea es demasiado plana o a que el ojo es muy corto, por lo que los tiende a afectar más en la visión de objetos cercanos .
  • Astigmatismo: en este caso los objetos se enfocan en distintos puntos de la retina causando una mala visión, independientemente de la distancia a la que se encuentren.
  • Presbicia o vista cansada: consiste en la incapacidad de enfocar los objetos cercanos, y como es un trastorno asociado al envejecimiento natural del ojo, afecta a la mayoría de la población a partir de los 40-45 años.

Cómo se detectan los defectos refractivos

La visión borrosa o poco nítida (de lejos o de cerca) suele ser el primer signo de alarma a la hora de detectar los defectos refractivos. En la edad escolar, una de las principales pistas es que no se puede leer correctamente lo que el profesor escribe en la pizarra digital o electrónica o que padece frecuentes dolores de cabeza. De hecho, si los defectos refractivos no se detectan a tiempo en la infancia, pueden influir en el aprendizaje y favorecer el fracaso escolar.

Las revisiones oftalmológicas anuales son fundamentales para poder corregir los defectos refractivos y tratarlos de manera precoz. Además, ayudan a identificar otros trastornos oculares que puedan necesitar de medidas correctoras o terapéuticas, como las cataratas o la vista cansada.

¿Cómo se tratan los defectos refractivos?

Gafas o lentillas correctivas

Son lentes que se gradúan para corregir el problema de refracción. Existen distintos tipos de lentes:  para miopía  para hipermetropía  y las lentes bifocales o progresivas, cuentan con dos rangos de graduación distintos en una misma lente, de manera que la parte superior permite enfocar de lejos, y la de debajo, de cerca. El astigmatismo también se puede compensar con lentes convencionales.

Cirugía refractiva

Conjunto de procedimientos quirúrgicos que corrigen los defectos refractivos. El tratamiento más utilizado, tanto por su eficacia como por su seguridad, es la cirugía láser (LASIK o SMILE, PRK o LASEK).

Técnica Lasik

Operación láser de defectos refractivos

El láser empleado para corregir los defectos refractivos es de alta precisión, lo que permite actuar moldeando la córnea sin dañar los tejidos circundantes. La técnica más empleada en estos casos es la técnica LASIK, que consiste en levantar una fina capa de tejido corneal, sin separarla del todo, para esculpir la córnea con el láser. Luego esa capa corneal se recoloca y cicatriza por sí sola, sin necesidad de puntos.

En los casos en los que no es posible utilizar la técnica LASIK se pueden emplear técnicas de superficie, como la PRK/LASEK, en la cual se secciona la capa superficial de la córnea para que actúe el láser y luego se recoloca para iniciar la cicatrización.

Cómo prevenir los defectos refractivos

Aunque lo defectos refractivos no se pueden prevenir, es importante además de su corrección temprana, mantener una buena higiene ocular y hábitos saludables que ayuden a mantener la salud de los ojos, como llevar una dieta equilibrada, proteger los ojos del sol y de la suciedad, evitar el tabaco y el alcohol, y acudir a las revisiones oftalmológicas anuales.