La sarcopenia consiste en la disminución de la masa muscular acompañada de la disminución en la fuerza y/o en la resistencia muscular, si solo hay afectación de la masa muscular se define como presarcopenia. Habitualmente afecta más a personas mayores, porque está asociada al envejecimiento, cada vez es más frecuente verla en adultos jóvenes.

La sarcopenia  consiste . Habitualmente

¿A qué se debe esto?

La principal razón está en los cambios en el estilo de vida de los más jóvenes, que parecen preferir la inactividad del sofá a la práctica de ejercicio físico.

La masa muscular empieza a perderse a partir de los 30 años si somos personas sedentarias. Este proceso es progresivo y se acelera a partir de los 60 años, especialmente en las mujeres postmenopáusicas.

Las previsiones de futuro parecen poco alentadoras si no se toman medidas: se estima que en 2025 habrá más de 1.200 millones de personas con sarcopenia mayores de 60 años y unos 2.000 millones en 2050.

Sarcopenia

La obesidad, un factor clave en la sarcopenia

El sedentarismo y una dieta poco saludable, así como el aumento de los casos de obesidad a diferentes edades, es caldo de cultivo para esta enfermedad.

Sarcopenia y obesidad van de la mano en un proceso degenerativo que hace que la grasa poco a poco vaya invadiendo el músculo, en lo que se conoce como sarco-obesidad.

Además, la pérdida de masa muscular está asociada a otros dos problemas importantes, como son la pérdida de fuerza y el aumento de grasa corporal. Por lo tanto, la sarcopenia no solo afecta al músculo, sino también a otros órganos y puede contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas, como enfermedades osteomusculares (artrosis, tendinitis), la osteoporosis y la diabetes, y enfermedades cardiovasculares entre otras.

El diagnóstico

Para diagnosticar la sarcopenia el médico tiene en cuenta tres criterios, que son:

  • Masa muscular baja.
  • Menor fuerza muscular.
  • Menor resistencia muscular.

Sin embargo, a pesar de estas mediciones el diagnóstico sigue siendo difícil. Si crees tener alguno de estos signos, no dudes en consultar con tu médico para que pueda valorar una posible sarcopenia y te ayude a ponerle remedio cuanto antes.

Factores que provocan sarcopenia

Genéticos

Existen algunos factores que favorecen el desarrollo de la sarcopenia, que son de tipo genético o están relacionados con el déficit hormonal y la pérdida de peso producida por el envejecimiento.

Estilo de vida

Pero al margen de estos factores, existen otros a tener en cuenta: son factores relacionados con el estilo de vida, muchos de ellos controlables, y que han demostrado ser las únicas medidas preventivas para evitar la sarcopenia. Entre éstos se encuentran la práctica regular de ejercicio físico y una dieta equilibrada (evitando tabaco y alcohol), que además son las medidas más efectivas para prevenir la obesidad.

La actividad física debe acompañarnos a lo largo de toda nuestra vida, independientemente de nuestra edad, pero para prevenir la sarcopenia el ejercicio que realicemos debe incluir un entrenamiento físico tanto de resistencia como de fuerza dirigido a:

  • Ganar masa muscular (masa magra).
  • Perder peso (si lo necesitamos).
  • Realizar ejercicios de resistencia (que ayudan a desarrollar y mejorar nuestra fuerza y masa muscular).

Se ha demostrado que el entrenamiento de fuerza aumenta la síntesis de proteína muscular y según varias investigaciones es más efectivo que el entrenamiento aeróbico para evitar la atrofia de los músculos. Asimismo, el entrenamiento aeróbico puede ser de gran ayuda, entre otras cosas, para reducir la grasa intramuscular y mejorar la operatividad del músculo.

Consecuencias

La sarcopenia tiene efectos muy adversos en la calidad de vida y cuando además está asociada a la obesidad, los efectos negativos se multiplican.

Con el tiempo la pérdida de fuerza que produce la sarcopenia entorpece nuestros movimientos y hace que cualquier tarea rutinaria de nuestro día a día, como levantarse de la cama por las mañanas, andar o subir escaleras, se convierta en un problema que aumenta el riesgo de discapacidad física. La pérdida de fuerza es una de las principales causas de pérdida de equilibrio, lo que nos predispone también a sufrir caídas o fracturas.

La sarcopenia no solo tiene un importante impacto físico en nuestra vida, sino también un impacto psicológico. Esta enfermedad acaba afectando a nuestro ánimo y autoestima al ver que no podemos llevar una vida normal, autosuficiente e independiente como nos gustaría. De ahí que podamos desarrollar una depresión, abandono y aislamiento social, entrando en una inevitable espiral de dependencia.