Obesidad y calor, una mala combinación para la salud

La obesidad y las altas temperaturas del verano pueden ser una combinación letal. Esto se debe a que las personas con sobrepeso y obesidad tienen más dificultades para regular su temperatura corporal y un mayor riesgo de sufrir un golpe de calor.

Personas tumbadas en la playa

¿Por qué el calor afecta más si se tiene obesidad tipo 1 o en adelante?

Las personas con obesidad tipo 1 o mórbida tienen menos facilidad para eliminar y disipar el calor a través de la circulación, lo que hace que suden mucho más, pierdan muchos líquidos y sales minerales, y terminen deshidratándose con rapidez. Asimismo, en estas personas la concentración de agua es menor que en las personas que tienen un peso normal, ya que el tejido graso no retiene de manera eficaz el agua. Todo esto hace que deban extremar las precauciones cuando se ven expuestas a altas temperaturas independientemente si padecen obesidad tipo 1 o tipo 3.

Agotamiento a causa de la obesidad

Entre los síntomas que puede causar el calor en las personas con obesidad se encuentran la sensación de cansancio y agotamiento, sed persistente, calambres en la zona abdominal y en las extremidades, presión arterial baja, visión borrosa, dolor de cabeza y trastornos cardiacos.

Cuando la temperatura corporal aumenta por encima de los 40,5 grados podemos estar en riesgo de sufrir un golpe de calor. En este caso, junto a los síntomas anteriores, también se pueden presentar náuseas y vómitos, mareo, desmayos, confusión mental o convulsiones. Llegados a este punto la temperatura no suele disminuir con la administración de antitérmicos y el golpe de calor puede provocar la muerte.

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Recomendaciones para combatir el calor

Ante esta situación es importante poner al afectado a la sombra, aplicarle compresas frías o hielo en la cabeza y darle agua para que se rehidrate. No obstante, para evitar la consecuencia del calor es fundamental que las personas obesas inicien una dieta de adelgazamiento bajo supervisión médica y un plan de actividad física que se ajuste a sus capacidades. Asimismo, deben tomar algunas medidas para reducir el impacto de las altas temperaturas:

  • Evitar cualquier actividad que implique un esfuerzo físico en las horas centrales del día.
  • Utilizar ropa holgada, transpirable y de colores claros.
  • Protegerse con sombrero y gafas de sol.
  • Beber abundante agua.
  • Darse duchas refrescantes con frecuencia.
  • Permanecer en espacios frescos y bien ventilados.