La retrognatia mandibular consiste en una deformidad dentofacial en la cual la mandíbula o maxilar inferior está atrasado en relación al maxilar superior. Este defecto se nota principalmente en el perfil, ya que se ve que el mentón está retraído y no guarda las mismas proporciones que el resto de la cara.

Efectos estéticos

Como consecuencia el rostro pierde armonía y equilibrio, lo que puede causar importantes problemas de autoestima y pérdida de confianza en uno mismo. Dependiendo del grado de retrognatia mandibular, algunas personas pueden sentirse avergonzadas de su aspecto, sufren burlas –especialmente en la infancia-, se aíslan o tienen dificultades en su vida social e íntima.

Efectos funcionales

Pero la retrognatia mandibular no solo es un problema estético, sino que también puede causar problemas funcionales, como por ejemplo de masticación, dicción (dificulta la pronunciación de algunas consonantes) y respiración. De hecho, muchos de los pacientes con esta anomalía maxilar sufren apnea del sueño, que se produce cuando la respiración se interrumpe unos instantes durante el sueño.

Esta anomalía puede deberse a un problema esquelético causado por un escaso desarrollo del maxilar inferior respecto al superior, lo que hace que las arcadas dentales no coincidan, o a un mentón retraído, que se debe a la falta de proyección hacia delante de la barbilla.

¿Cómo se puede corregir la retrognatia mandibular?

Cirugía ortognática

La retrognatia mandibular puede corregirse mediante la cirugía ortognática, que es la que se encarga de solucionar los problemas de la mandíbula.El objetivo de la intervención quirúrgica será adelantar la mandíbula para colocarla en la posición correcta.

En ocasiones bastará con adelantar el maxilar inferior para solucionar la discrepancia entre maxilares, para lo que se realizará una cirugía ortognática monomaxilar; sin embargo, es posible que además haya que actuar sobre el maxilar superior, por lo que se realizaría una cirugía ortognática bimaxilar.

Ortodoncia tras la cirugía

Tras la intervención también se tendrá que hacer un tratamiento de ortodoncia para colocar y alinear los dientes, consiguiendo así que las arcadas dentales superiores e inferiores encajen perfectamente.

En la mayoría de los casos con el tratamiento también se corrigen los problemas de apnea del sueño y masticación. En algunas ocasiones pueda que sea necesaria también una ortodoncia previa a la cirugía para que el especialista maxilar pueda trabajar mejor sobre determinadas estructuras.

En algunos casos la cirugía ortognática de avance monomaxilar o bimaxilar tendrá que combinarse con una mentoplastia o cirugía del mentón, que es la que se realiza habitualmente en los casos de mentón retraído.

Cirugía del mentón

La mentoplastia permite aumentar y remodelar el tamaño del mentón, proporcionando armonía y equilibrio al rostro. Para ello se implanta una pequeña prótesis, bien de silicona u otros materiales de relleno, como la propia grasa del paciente, desde el interior de la cavidad oral o por debajo de la barbilla, dejando una cicatriz imperceptible. La intervención se realiza en quirófano y suele ser ambulatoria, por lo que una vez estabilizado, el paciente vuelve a casa en el mismo día.

Tras la intervención puede aparecer inflamación y molestias que se controlan bien con analgésicos y antiinflamatorios.

El aumento del mentón también se puede hacer mediante una osteotomía deslizante, que consiste en cortar un trozo de hueso de la base del mentón para luego deslizarlo hacia adelante y fijarlo con unas pequeñas placas de titanio. A diferencia de la mentoplastia con implante, el post-operatorio de la osteotomía deslizante es más largo y molesto, si bien el resultados son mejores a largo plazo y se evita el riesgo de rechazo, encapsulamiento o movimiento del implante.

En todo caso el tratamiento de la retrognatia mandibular mediante cualquiera de los dos métodos, requiere un exhaustivo análisis morfológico y estético individualizado por parte del ortodoncista y el cirujano maxilofacial, que incluirá el estudio radiográfico del cráneo y los maxilares, impresiones de la mordida y un modelo 3D que mostrará las correcciones necesarias y los resultados previsibles.

En la mentoplastia también es importante elegir bien la prótesis o relleno, su tamaño y textura, de manera que el resultado sea el más natural posible.

Para tener las máximas garantías de éxito, es importante acudir a un centro especializado que cuente con la experiencia y tecnologías necesarias para realizar la intervención con seguridad, pudiendo asumir cualquier complicación que pueda presentarse durante la intervención.