Calvicie areata  

Si cuando te levantas por la mañana ves algunos pelos en la almohada, vuelves a verlos en el desagüe de la ducha y también se quedan en el peine, es posible que empieces a preocuparte por una posible alopecia areata.

Según la Academia Española de Dermatología y Venerología, el 1,7% de la población tendrá un episodio de alopecia areata en algún momento de su vida. Se trata de un problema que se presenta como la pérdida de pelo en una zona concreta que se manifiesta en forma de pequeñas calvas. En situaciones extremas, puede afecta a todo el vello del cuerpo.

La causa de la alopecia areata es desconocida. Se trata de una enfermedad autoinmune en la que confluyen tanto factores genéticos como ambientales. De estos últimos, el más destacado es el estrés.

Normalmente la calvicie areata se asocia a otras enfermedades:

  • El lupus eritematoso sistémico.
  • El vitíligo.
  • La colitis ulcerosa.
  • La enfermedad de Addison.
  • La tiroiditis de carácter autoinmune.
  • La dermatitis tópica.
  • La esclerodermia.
  • La polimialgia reumática.

Y es que cuando se tiene una enfermedad autoinmune, el sistema inmunitario ataca al propio organismo, ya que lo ve como algo extraño. En el caso de la calvicie areata, lo que sucede es que el sistema inmune ataca a los folículos capilares, lo que hace que se pierda pelo y aparezcan calvas. El tamaño de éstas varia en función de cada persona, porque en algunos casos son pequeñas, casi inapreciables, mientras que en otros la alopecia areata ocupa gran parte de cuero cabelludo. Cuando además afecta al vello corporal, estamos ante una alopecia areata universal. Así, la causa de la alopecia areata es autoinmunológica.

 Alopecia areata Causas

Entre los síntomas más comunes de la calvicie areata están:

  • La pérdida irregular de pelo. Lo primero que se suele observar es una o dos placas de calva del tamaño de una moneda de 50 céntimos. Además, la persona que tiene alopecia areata empieza a ver cómo se le cae el pelo.
  • Pérdida de vello. Aunque la calvicie areata se centra principalmente en el cuero cabelludo, puede que se caiga también el pelo de las cejas, las pestañas, la barba o el vello en general.
  • Cabello en exclamación. Son los pelos que empiezan a crecer alrededor de la calva; son pequeños y tiesos, por eso se les llama en exclamación, porque recuerdan a ese signo de puntuación.
  • Pérdida de pelo generalizada. Con el paso del tiempo, las personas se suelen quedar calvas o/y sin vello corporal.
  • Problemas con las uñas: la alopecia areata también puede afectar las uñas de las manos y de los pies. Las uñas pueden presentar unas pequeñas abolladuras puntuales, tener manchas o líneas blancas, ser ásperas, perder su brillo o volverse delgadas y divididas. Los cambios en las uñas suelen ser el primer signo de alopecia areata.

Para llegar al diagnóstico de la alopecia areata, el dermatólogo cuenta con varios recursos, entre los que destaca el análisis del pelo con un microscopio. Si lo considera necesario, puede recurrir a llevar a cabo una biopsia. La analítica de sangre sirve para confirmar la existencia de una enfermedad autoinmune.

Alopecia areata Tratamiento

En cuanto al tratamiento de la alopecia areata, hay que destacar que hay varias opciones, entre las que se encuentran los corticoesteroides, la inmunoterapia tópica y el minoxidil, que es un compuesto que se emplea al 5% para que crezca el pelo.

Pero ten en cuenta que además del tratamiento farmacológico debes proteger el cuero cabelludo del sol, reducir el estrés (ya que es uno de los factores que pueden desencadenar la alopecia areata), buscar ayuda si te sientes con ansiedad o estrés y consultar a un especialista.

Cómo preparar la consulta con un especialista

Al ir al dermatólogo debes apuntar todo lo que quieras consultarle. Es recomendable hacer una lista en la que se incluya:

  • Cuánto pelo se te cae.
  • Cuándo empezaste a perder pelo.
  • Si tienes una situación de estrés, ya sea laboral o personal.
  • Si tienes algún otro problema en la piel.
  • Si has cambiado tu alimentación o tu estilo de vida.
  • Si tomas alguna medicación o suplemento nutricional específico.