Los cánones de belleza actuales nos empujan a la búsqueda del equilibrio y la perfección en las proporciones. Sin embargo, en el rostro no existe una simetría total, sino que siempre existe cierta descompensación entre un lado y otro de la cara.

De hecho, es muy difícil encontrar un rostro que sea completamente simétrico y equilibrado. En la mayoría de las personas, no es necesario corregir la asimetría facial, pues esta es tan leve o moderada que no rompe la armonía del rostro, y por tanto, no se percibe como un defecto estético.

Entonces, ¿cuándo puede ser en un problema?

La asimetría facial se convierte en un problema cuando la descompensación estética es tan grande que afecta a la autoestima y confianza en ti mismo, lo que tiene un gran impacto en tu calidad de vida social, laboral y en tus relaciones íntimas.

A esto debemos sumar que algunos tipos de asimetría facial también causan problemas funcionales como:

  • Dificultades para masticar y respirar.
  • Problemas de dicción o dolor en la articulación temporo-mandibular.

Aunque la asimetría facial puede darse en cualquier parte del rostro, lo habitual es que se manifieste en la mandíbula o el maxilar superior, bien por crecimiento excesivo o escaso, pero también puede afectar a los ojos, la nariz (principalmente por desviaciones) o los pómulos.

Asimismo, otra causa frecuente de asimetría suele ser la parálisis facial periférica, que causa la pérdida de tono, fuerza y movilidad de una mitad del rostro.

Tipos de asimetría facial

Las asimetrías pueden clasificarse en:

  • Asimetría esquelética

Puede deberse a un problema asilado de la mandíbula o del maxilar, o también puede ser generalizada, afectando a varios huesos y a otras estructuras, como los músculos o incluso los nervios de la zona afectada.

  • Asimetría mandibular

También llamada del maxilar superior, se produce cuando estas estructuras se desarrollan demasiado o muy poco en un lado de la cara.

  • Asimetrías generalizadas

por su parte, suelen estar asociadas a algunas enfermedades, como el síndrome de Parry-Romberg.

  • Asimetría dental

Se debe a la posición asimétrica de los dientes por distintas causas y puede corregirse mediante tratamiento de ortodoncia, en ocasiones combinado con otras técnicas correctivas.

¿Cómo corregir la asimetría facial?

El tratamiento para corregir la asimetría facial dependerá de cada caso, por lo que es fundamental hacer un análisis de los aspectos estéticos, morfológicos y funcionales.

Para que el diagnóstico sea lo más preciso posible, el especialista en cirugía maxilofacial podrá hacernos una prueba:

  • Cefalometría

Consiste en un estudio radiográfico que le permitirá obtener las medidas del cráneo, determinar las distancias y relaciones entre las distintas estructuras afectadas (huesos, músculos, dientes) y compararlas con las medidas normales que deberían tener.

Asimismo, empleará tecnología de última generación, como las imágenes en 3D, para determinar tanto las medidas correctivas, planificar la intervención y prever el resultado.

El objetivo del tratamiento para corregir la asimetría facial es recuperar la armonía del rostro con un resultado natural y sin desvirtuar los rasgos de personalidad. Por ello, es importante tener una buena comunicación con el equipo médico que te atiende para que conozca cuáles son tus expectativas y pueda así, ser honesto y sincero contigo sobre lo que es conveniente en tu caso.

Ortodoncia y/o cirugía ortognática

Mientras algunas asimetrías faciales podrán corregirse con ortodoncia, otras necesitarán combinar este tratamiento con la cirugía ortognática, que es la que se ocupa de corregir la estructura ósea mandibular.

  • La cirugía ortognática bimaxilar, cuando se interviene tanto la mandíbula como el maxilar superior.
  • La cirugía ortognática monomaxilar cuando solo se actúa sobre una de estas dos estructuras. Pero lo habitual es que la cirugía ortognática se realice en combinación con otros procedimientos que no solo corrigen la estructura ósea, sino también los problemas con las partes blandas que acentúan la asimetría.

Para ello, se pueden utilizar prótesis o injertos de grasa para dar volumen, compensar las partes afectadas y mejorar la proporcionalidad, o realizar otras intervenciones estéticas de manera simultánea, como una rinoplastia o una mentoplastia, entre otros.

La cirugía ortognática es un procedimiento que implica cierta complejidad, por lo que su duración y el postoperatorio dependerán de cada caso, aunque lo habitual es que la recuperación sea rápida y el paciente pueda incorporarse al trabajo o a sus actividades cotidianas a los 15 días tras la intervención, aproximadamente.

En todo caso, la cirugía ortognática tendrá que ir acompañada de un tratamiento posterior de ortodoncia que permita alinear y colocar de manera adecuada los dientes y obtener así un resultado mejor.