¿Quieres reducir la flacidez y hacer desaparecer lo que comunmente llamamos alas de murciélago o cara interna de los brazos? Lo cierto es que es una partes del cuerpo a las que al principio prestamos poca atención pero que se suelen evidenciar a gritos el paso del tiempo.
La flacidez en los brazos
Durante el otoño y el invierno llevamos los brazos tapados y apenas nos damos cuenta de los cambios que experimentan. Sin embargo, con la llegada de la primavera recuperamos las camisetas de manga corta y los tirantes y descubrimos la cruda realidad: pérdida de contorno y firmeza, descolgamiento, en fin… alas de murciélago.
Da la impresión de que tenemos alas de murciélago o lo que los anglosajones llaman bingo wings, haciendo referencia a las señoras que cantan bingo agitando el brazo y ondeando la piel descolgada. ¿Te suena?
Si es así, no desesperes y prepárate para ponerle remedio con uno de los tratamientos más eficaces: la implantación de hilos tensores de polidioxanona (PDO).
Bye bye alas de murciélago
Con los hilos tensores se consigue un doble efecto en la cara interna de los brazos y ayuda a eliminar las alas de murciélago. Por un lado, se tensa la piel y se crea un efecto lifting inmediato, y por el otro se promueve la producción de colágeno y elastina, que son las principales responsables del tono y la firmeza de la piel.
Se trata de una fina hebra compuesta por polímeros que se desarrolló en los años 70, inicialmente como hilo de sutura para intervenciones estéticas y ortopédicas. El hilo es incoloro, reabsorbible y biocompatible, lo que quiere decir que las probabilidades de que causen una reacción adversa o alergias son muy pequeñas.
Modo de introducción
Los hilos tensores se introducen con una pequeña aguja y crean una estructura de soporte para la piel.
Zona a tratar
Para ello el especialista en medicina estética hará un diseño sobre la zona a tratar y dibujará una red en la piel para saber dónde introducir y entretejer cada hilo a nivel subcutáneo.
Si bien el efecto tensor es inmediato, la producción de colágeno y elastina suele ser evidente a partir de las 4 semanas, por lo que pasado un mes podremos notar cómo desparecen las alas de murciélago.
Al tercer mes de la implantación, aproximadamente, los hilos empiezan a reabsorberse, un proceso que suele terminar a los seis meses del tratamiento. La polidioxanona se elimina a través de la orina o el aparato digestivo.
La implantación de los hilos tensores para tratar las alas de murciélago es un procedimiento que no necesita ingreso hospitalario y se hace con anestesia tópica.
Sin embargo, es fundamental ponerse en manos de especialistas con amplia experiencia en esta técnica para que valoren adecuadamente nuestro caso y consigamos que el tratamiento sea todo un éxito.