¿Por qué hay que evitar las bebidas azucaradas?
Diversos estudios ponen de manifiesto la asociación que hay entre el consumo de bebidas azucaradas, sobre todo refrescos y zumos envasados, y la obesidad. Tal es así, que hace unos años el Ministerio de Sanidad aprobó la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, por la que se limitaba los refrescos y la bollería industrial en los colegios e institutos.
Demasiadas dosis de azúcar
La mayor parte de los refrescos y bebidas energéticas contienen una gran cantidad de azúcar. Una lata de refresco tiene más o menos 30 gramos de azúcar, es decir, una seis cucharadas. Según la Asociación Americana del Corazón, AHA en sus siglas inglesas, la dosis diaria recomendada para un niño es de 25 gramos. Así que con un solo refresco ya superas la cantidad de azúcar que debes tomar en un día y el azúcar está presente en muchos de los alimentos que consumimos.
¿Qué efectos provocan las bebidas azucaradas en nuestra salud?
- Ese exceso de azúcar hace que ganemos peso y además aparezca lo que se denomina resistencia a la insulina, es decir, que nuestro cuerpo no es capaz de fabricar la cantidad necesaria de esa hormona para metabolizar todo el azúcar que ingerimos.
- A su vez, esto hace que aumente el riesgo de tener diabetes tipo 2 y se altere el metabolismo de las grasas, concentrándose en la zona abdominal, lo que incrementa el riesgo cardiovascular.
- Pero ahí no queda la cosa, el exceso de azúcar también incide en las células de las paredes de los vasos sanguíneos, favoreciendo el desarrollo de aterosclerosis, lo que conduce a tener un mayor riesgo de infarto agudo de miocardio o ictus.
Recomendaciones de los especialistas
Tal es la preocupación que existe por el aumento del consumo de azúcar a través de los refrescos que hasta la Organización Mundial de la Salud ha hecho unas recomendaciones en las que dice que “los alimentos y bebidas ricos en azúcares libres pueden ser una fuente importante de calorías innecesarias, especialmente para los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes”.
Y precisamente los refrescos y bebidas azucaradas contienen esos azúcares libres, los monosacáridos, como la glucosa y la fructosa, y los disacáridos, como la sacarosa o el azúcar refinada, que se añaden a los zumos, refrescos, miel…
Optar por los zumos naturales, por el agua y las infusiones es una alternativa mucho más saludable para mitigar la sed y mantenernos hidratados.