Controlar la ansiedad con la comida suele ser uno de nuestros mayores problemas cuando estamos realizando una dieta para adelgazar, o nos hemos sometido a una reducción de estómago para tratar la obesidad mórbida.
Consejos para controlar la ansiedad
Gracias a las pautas marcadas por el psicólogo que forma parte de nuestro equipo de especialistas, podemos mantener a raya la ansiedad con la comida.
Mirarse en el espejo para comprobar los primeros resultados
Sin duda, vernos mejor ayuda mucho a mantener las pautas dietéticas marcadas con el objetivo de no volver a la “casilla de salida” de la obesidad grave, cuando el IMC roza los 40. Por tanto, tras el primer mes, ponte frente al espejo, y siéntete orgullosa al comprobar los avances en tu objetivo de pérdida de peso.
Llena tu despensa de alimentos sanos
Algunos estudios hablan de que en momentos de ansiedad con la comida tendemos a escojer alimentos ricos en grasa y azúcar.
Para evitarlo, lo que tenemos que hacer es recurrir a trucos tan sencillos como llevar siempre con nosotros unos frutos secos, una manzana o cualquier otro alimento bajo en calorías que apacigüe nuestra ansiedad.
Dedica tiempo a comer y hazlo despacio
Comer con calma nos ayuda a luchar contra la ansiedad con la comida, y también hacer ejercicios de respiración para controlar el estrés. De esta forma, sabemos que nuestra ansiedad no nos hará ganar kilos de más.
Permítete algún capricho
Si un día estás que no puedes más, no te obsesiones con seguir una dieta restrictiva. Recuerda que además de reducir tu estómago, el equipo de especialistas te está enseñando a comer, a saber lo que puedes tomar y cómo lo tienes que hacer. Si necesitas algo dulce, puedes recurrir a una pastilla de chocolate negro.
Reduce el consumo de cafeína
La cafeína no es un buen aliado para controlar la ansiedad con la comida y por tanto, lograr adelgazar. Intenta reducir su consumo poco a poco.
No te olvides de desayunar
Un buen desayuno te ayudará a estar más tranquilo a lo largo del día y reducir la ansiedad con la comida.
El déficit de vitaminas B y C, calcio y magnesio, facilitan la aparición de estrés.
Este déficit puede llevarnos a comer alimentos no “permitidos”, por tanto, empieza el día con una buena ración de frutas, las naranjas y los kiwis tienen una cantidad apropiada de vitamina C, añade cereales y algún lácteo y tendrás el desayuno perfecto.
Duerme las horas necesarias
Aunque no es una recomendación dietética, sí que es bueno descansar las horas recomendadas. Así nos sentiremos mejor y podremos afrontar con más facilidad las situaciones adversas que nos encontremos a lo largo del día y evitar la ansiedad con la comida.