La garantía de salud y bienestar

Los hábitos de vida saludables que nos reportan beneficios físicos, psicológicos y emocionales no sólo tienen reflejo en el interior del organismo sino también en el exterior. Si nos sentimos bien por dentro también nos sentimos bien por fuera, y eso se nota: somos capaces de irradiar una energía y vitalidad que sería imposible transmitir a los demás si nos sintiéramos agotados o enfermos.

Para que nuestro bienestar se refleje tanto en el interior como en el exterior, tenemos que ser capaces de consolidar algunos hábitos beneficiosos y esto, en muchos casos, implica un importante cambio de mentalidad. ¡Pero no se trata de hacer grandes sacrificios! Hasta el cambio más pequeño en nuestro estilo de vida puede tener beneficios considerables para la salud.

Si queremos que estos cambios tengan éxito es importante que nos pongamos en manos de profesionales con experiencia: médicos, nutricionistas y psicólogos, que nos ayuden a conseguir nuestros objetivos sin poner en riesgo nuestra salud. Solo estando en buenas manos conseguiremos que estos hábitos se integren en nuestra rutina diaria.

Hábitos saludables que te harán sentirte bien por dentro y por fuera

Bebe agua

Al menos dos tercios de nuestro cuerpo son agua, por lo que ésta es imprescindible para que las células y órganos funcionen correctamente. El agua regula la temperatura corporal, facilita el tránsito intestinal y nos mantiene hidratados. La necesidad de ingesta de agua está regulado por la sed. En función del estilo de vida que llevemos, el ejercicio que realicemos, tipo de alimentación (no hay que olvidar que la gran mayoría de frutas y verduras tienen más de un 90% de agua), la época del año… hacen variar nuestras necesidades de líquido.

Haz ejercicio físico

La actividad física mejora el estado de ánimo, ya que favorece la producción de endorfinas, unos neurotransmisores que genera el organismo y que son responsables de que nos sintamos contentos y relajados. Pero sus beneficios no se quedan ahí: también mejora la salud del corazón, ayudan a reducir el estrés, estimula el sistema inmune, fortalece los músculos y huesos y, sobre todo, nos llena de energía para afrontar el día a día. Además hay una relación directa entre la práctica de ejercicio físico con una alimentación y estilo de vida más saludable.

Sigue una dieta equilibrada

Una alimentación saludable es fundamental para controlar el peso, reducirlo si nos sobran algunos kilos, conseguir la figura que queremos y sentirnos a gusto con nuestra imagen y prevenir enfermedades. Además, ayuda a fortalecer el sistema inmune. De hecho, algunos alimentos ricos en antioxidantes, fibra, vitaminas y minerales se asocian a un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes o ciertos tumores.

No al tabaco y al alcohol

Ambos tienen claras consecuencias negativas tanto en el interior como en el exterior de nuestro organismo. En el caso del tabaco, además de ser la principal causa de cáncer de pulmón provoca un envejecimiento prematuro de la piel que es especialmente visible en el rostro, sobre todo en la comisura de los labios.

Practica la meditación

Te ayudará a adquirir una conciencia y atención plena, a liberarte de los pensamientos negativos y de todo aquello que pueda causarte. La práctica de la meditación te ayudará a mejorar tu salud y bienestar.