Nos encontramos ante múltiples dietas, esfuerzos por perder peso, antojos, ansiedades y realmente nos olvidamos de nuestra alimentación consciente. Vamos con prisas, devoramos, engullimos, e incluso no prestamos atención ni al bocado, ni al alimento que comemos, es el estrés y la ansiedad las que nos conducen a perdernos puntos importantísimos como utilizar los cinco sentidos en nuestra alimentación.
El Mindfulness Eating, es uno de los hábitos saludables que todos deberíamos incluir en nuestra vida, y más aún si queremos perder peso. Muchos de los problemas que nos encontramos con el peso, es que estamos todo el día pensando en comida y rodeados de ella, buscando una simple excusa para incorporarla. Simplemente realizar un café con el jefe, o quedar con amistades, ya tenemos que incorporar la comida de por medio. Comemos en nuestros horarios incluso sin tener hambre y deberíamos aprender a conocer las señales que nuestro cuerpo nos envía, conocer cuando es hambre real y cuando psicológica y saber cuándo estamos llenos y saciados o cuando es hambre real.
Comer cuando nos toca, cuando tenemos hambre y saber cuándo tenemos que parar, es un punto importante que marca la diferencia entre una alimentación saludable o ver la dieta como una tortura eterna de la que somos esclavos. Tenemos que prestar más atención a la alimentación y como la llevamos a cabo, olvidar las distracciones como ordenadores, móviles, televisión, etc… esto genera en nuestra mente un bucle y piloto automático, del que empezamos a perdernos la consciencia de la comida.
Somos conscientes que nuestro ritmo de vida es cada vez más rápido, tenemos un piloto automático, pasamos de pensamientos asociados a la comida, “me apetece esto…”, a acciones “me lo como en 0,5 segundos”, pero luego ni tan siquiera lo saboreamos ni comemos con calma, lo engullimos y esto hace que necesitemos más comida por no sentirnos saciados. La saciedad tiene mucho que ver con nuestro estado de ánimo y nuestras emociones, y por consiguiente nuestro peso. Es por ello que hay que aprender y practicar el Mindfulness eating, una prueba final para convencerte de ello es abrirte los ojos y activarte los 5 sentidos. ¿Cuántas veces has ido a la nevera, la has abierto y te has quedado un rato mirando que vas a coger? Esto es el aburrimiento. O ¿Cuántas veces has ido al armario de casa y te pasa lo mismo? Seguimos con el aburrimiento. Y ¿Cuántas veces has tenido un día intenso, a tope, condensadito… y te quieres dar un premio? Seguíamos con aburrimiento y ahora es recompensa.
Siete pasos para poner en práctica una alimentación consciente:
1.- Antes de comer, date un momento para recapacitar y conectar con tus emociones y sensaciones. ¿Sientes verdaderamente hambre física? Si la respuesta es que no, que lo que te empuja a la nevera es que te sientes mal, te aburres o estás enfadado, no comas. Toma un vaso de agua e intenta salir a pasear, leer o llamar a un amigo.
2.- Al comer, sólo come. Apaga los aparatos electrónicos, dispón en la mesa todo cuanto necesites para no tener que levantarte y céntrate, durante al menos 20 minutos, únicamente en la comida. Si puedes, decora con flores y velas la mesa; crear un ambiente sereno ayuda a experimentar un instante de gratitud.
3.- Come saboreando, disfruta de cada bocado al máximo. Prueba a cambiar los cubiertos por palillos chinos, que ralentizan la ingesta y obligan a tomar porciones más pequeñas. Presta atención a las sensaciones al sujetar la comida con los palillos, al llevártela a la boca.
4.- Entre bocado y bocado, deja el cubierto en la mesa. Tenerlo en la mano nos predispone a pinchar rápidamente de nuevo.
5.- Si no puedes hacer al menos una comida al día según los principios del mindfulness, trata de intentarlo cada semana. Si te cuesta al principio, sé compasivo contigo mismo, generoso y tolerante, porque sólo así podrás pensar en la causa del problema. Intenta decirte frases como “la próxima vez será más fácil o ser conscientes es un proceso que requiere tiempo de aprendizaje”.
6.- Haz ejercicio. Ayuda a relajar la mente y a prepararla para afrontar emociones intensas. Y trata de dormir suficiente y bien, puesto que reduce los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés y la ansiedad.
7.- Hazte una agenda en la que apuntes cada día qué comes y cómo te sientes en cada momento. Es una buena forma de tomar consciencia de los factores emocionales que desencadenan cada ingesta.