La retina consiste en una delgada capa de tejido que recubre la parte posterior del ojo y que se encuentra cerca del nervio óptico. La función de la retina es fundamental, ya que recibe la luz que atraviesa el cristalino y la convierte en impulsos eléctricos que llegan al cerebro a través del nervio óptico,es la extensión del cerebro dentro del ojo.
¿La retina tiene color?
El color de la retina suele ser anaranjado o rojizo debido a la gran cantidad de vasos sanguíneos que la forman. Las células fotorreceptoras de la retina (bastones y conos) son las encargadas de procesar la luz que ha enfocado el cristalino y de determinar su intensidad e incluso el color. Esta información se envía a través del nervio óptico al cerebro para que éste identifique de qué imagen se trata.
¿Cómo es la estructura de la retina?
La retina esta compuesta por neuronas, uniones interneuronales, fotoreceptores y una capa de epitelio pigmentado que se encarga del mantenimiento metabólico de los fotoreceptores.
Asimismo, cada ojo cuenta con una media de seis millones de conos y 120 millones de bastones, que son las células fotorreceptoras que procesan la luz.
Los bastones: tienen una elevada sensibilidad a la luz y no detectan los colores, por lo que son los encargados de facilitar la visión en condiciones de poca luz y en blanco y negro.
Los conos: permiten la visión diurna y la percepción de los colores.
¿Qué trastornos pueden aparecer?
El papel de la retina es clave para una buena visión, por ello es importante detectar a tiempo cualquier signo que nos haga sospechar de una lesión o enfermedad en la retina, como la pérdida de nitidez y de la percepción de los colores, la aparición de destellos, luces, ‘moscas’ o manchas flotantes, y la visión distorsionada de los objetos.
Entre los trastornos que afectan a este tejido con más frecuencia se encuentra el desprendimiento de retina, que consiste en la separación de la retina neurosensorial del epitelio pigmentario. Aunque puede ocurrir a cualquier edad, es más frecuente en las personas mayores de 50 años. Un diagnóstico y tratamiento precoz pueden ayudar a disminuir sus consecuencias y recuperar parte de la visión perdida debido al desprendimiento.
También destaca la miopía elevada, que cursa con la retina más delgada y maculopatía miopíca de la macula, que es el envejecimiento precoz de la macula por miopía.