La principal característica del arco senil en los ojos es la presencia de un anillo de coloración amarillo grisácea que va apareciendo con el paso de los años en el área más periférica de la córnea (membrana transparente y abombada que recubre el iris). También se conoce por su denominación más científico-técnica, gerontoxon. Se manifiesta en aproximadamente el 70 por ciento de las personas que tienen más de 60 años y casi en el 100 por cien de los mayores de 85 años.

Estas son algunas peculiaridades del gerontoxon o arco senil en los ojos:

  •  Aparece con mayor frecuencia en los varones y en la raza negra respecto a la caucásica y otras.
  • Comienza a manifestarse casi siempre en el borde superior y/o inferior de la córnea a modo de arquitos o paréntesis horizontales, formando una banda estrecha (de, como mucho, un milímetro de anchura) que con el paso del tiempo va creciendo de forma circular hasta completar el círculo del anillo corneal periférico.
  • Hay que tener en cuenta que el arco senil en los ojos no es en sí mismo una patología sino un signo que aparece de forma fisiológica a lo largo de la vida, y por eso no presenta ninguna sintomatología a nivel ocular (ni de otro tipo), y tampoco interfiere con la calidad de la agudeza visual.

Arco senil en los ojos Causas

 En cuanto a por qué se produce el arco senil, las causas no se conocen claramente, pero sí se sabe que es un problema que surge asociado a la edad, y que hay factores como el tabaco que influyen en su aparición (es más prevalente en los fumadores).

También se da con más frecuencia en las personas que tienen alguna alteración metabólica en los lípidos, y en estos casos, el arco senil puede presentarse a edades más tempranas, ya que está producido por una salida y depósito de sustancias lipídicas (grasas) de las pequeñas arterias que nutren el iris y la parte externa de la córnea del ojo, de ahí que este tipo de arco senil se aborde habitualmente desde el área de iridiología de los centros oftalmológicos especializados. Los trastornos metabólicos implicados en esta tipología de arco senil en los ojos son:

  • La hipercolesterolemia: aumento de la cifra de colesterol total.
  • La hipertrigliceridemia: elevación de los triglicéridos sanguíneos.
  • El aumento del colesterol LDL (el “malo”): asociado a las lipoproteínas de baja densidad.
  • La hipercolesterolemia familiar: una alteración genética que cursa con altísimas cifras de colesterol desde edades muy tempranas y que puede producir episodios cardiovasculares en los niños.

Respecto al diagnóstico del arco senil, es muy sencillo ya que solo se necesita una inspección ocular con una buena iluminación. De hecho, lo podemos observar fácilmente en nuestros familiares más mayores.

Arco senil Tratamiento

 En cuanto al tratamiento del arco senil, no es necesario ningún abordaje terapéutico ya que, como hemos dicho, no se trata de una patología en sí misma.

Sí que son recomendables los controles oftalmológicos, especialmente en los primeros años de su aparición, sobre todo para cerciorarse que no se debe a alguna patología oftalmológica de gravedad como puede ser, por ejemplo, un proceso inflamatorio crónico, o descartar que se trate del efecto ocular de alguna rara enfermedad congénita.

Además, estos controles pueden alertar sobre la necesidad llevar a cabo un análisis de sangre con el objetivo de para determinar las cifras de lípidos, para así comprobar que estos se encuentran dentro de los niveles adecuados o, si no es así, valorar la necesidad de administrar  algún fármaco para controlarlos.

En relación con esto es importante tener siempre presente que la alteración de los lípidos se considera un factor de riesgo cardiovascular de sobra conocido y, de hecho, algunos estudios científicos realizados al respecto han llegado a apuntar la posibilidad de una asociación entre la aparición del arco senil en los ojos y la enfermedad cardiovascular.

En cuanto a la posibilidad de prevenir de alguna manera la aparición del arco senil en los ojos, lo único que se puede hacer es, además de revisar periódicamente la zona (sobre todo a partir de determinadas edades), detectar las alteraciones lipídicas y tratarlas adecuadamente para mantener a raya estas cifras; con ello, se puede ralentizar la aparición de esta alteración fisiológica.