En el ámbito deportivo se producen una cuarta parte de los golpes en el ojo, este porcentaje es aún mayor en el caso de los niños.

Se debe tener cuidado porque estos golpes en el ojo como consecuencia de accidentes deportivos pueden ser graves y comprometer seriamente la visión de forma irreversible.

Las lesiones oculares pueden afectar a la órbita, los párpados, el segmento anterior (córnea y cristalino) e incluso al posterior (la retina).

La mayoría de estas lesiones podrían evitarse con las medidas oportunas, empezando por tener un buen estado físico y visual, utilizar la técnica y material adecuados y dotarse de una correcta protección ocular etc.

Lesiones oculares por condiciones ambientales de impacto

Algunas lesiones oculares cuando hacemos deporte, también pueden surgir por condiciones ambientales de riesgo, por ejemplo:

Radiación solar

La exposición prolongada a las radiaciones ultravioletas en la práctica de algunos deportes como el esquí, el alpinismo o la vela, puede producir lesiones de distinta índole, desde procesos como queratitis o conjuntivitis, hasta lesiones de retina.

Para evitarlos, es importante utilizar siempre gafas de sol con los filtros adecuados y con protección que cubra la parte lateral.

Contacto con agentes químicos

El cloro de las piscinas (natación, waterpolo, natación sincronizada, saltos de trampolín…) puede provocar queratitis o conjuntivitis.

Para evitarlo es importante usar siempre gafas especiales para el agua, estas pueden incorporar graduación si es necesario.

El uso de gafas acuáticas también es importante en la práctica de deportes en el mar, en ríos o lagos.

Otro tipo de productos químicos que pueden afectar a la visión de los deportistas, son los tintes que se utilizan para delimitar las líneas de juego en los campos de hierba, estos tintes contienen agentes corrosivos que pueden provocar quemaduras oculares por contacto directo (al caer un jugador sobre la línea y rozarla con el ojo) o indirecto (al frotarse los ojos tras haber tocado con la mano la línea). Estas lesiones son poco habituales, pero que pueden ser muy graves.

Introducción de cuerpos extraños

La introducción de arenilla y cuerpos extraños en el ojo, habitual en ciclismo, vela, atletismo y deportes extremos y que se practican al aire libre, puede provocar irritaciones, erosiones corneales o conjuntivales, que son evitables con el uso de gafas protectoras.

Efecto del clima

Las altas temperaturas y el viento pueden provocar sequedad ocular, para las práctica de deporte al aire libre, es aconsejable utilizar gafas protectoras.

La sequedad ocular también puede aparecer o empeorar por aires acondicionados o calefacciones en canchas cerradas o gimnasios, en estos casos, el uso de lágrimas artificiales es una buena medida para mantener una adecuada hidratación y lubricación de la superficie del ojo.

Tipos de golpes en el ojo por deporte de impacto

Contusiones y pelotazos

Son muy habituales en deportes y juegos con pelota y con raqueta, por las características de la pelota y la velocidad a la que circula,en especial el golf y el squash.

También tienen un riesgo especial de golpes en el ojo los deportes de contacto (boxeo y artes marciales) y el rugby.

Las contusiones y pelotazos pueden provocar fractura orbitaria, lesiones en los párpados y en la córnea, catarata traumática, luxación del cristalino (que se desprende y queda flotando en el espacio vítreo), hipema o hemorragia del iris, hemorragia vítrea, desprendimiento de retina u otras lesiones retinianas, e incluso estallido del globo ocular.

Por eso, si después de un impacto aparecen problemas de visión, como vista borrosa, moscas volantes o destellos de luz, hay que acudir rápidamente a un centro especializado para que valoren el grado de la lesión y tomen las medidas adecuadas.

El 90% de los golpes en el ojo en el deporte se pueden evitar con el uso de gafas especiales.

¿Cómo prevenir los golpes en el ojo?

Según la Academia Americana de Oftalmología, el 90 por ciento de las lesiones oculares que se producen al realizar deportes de impacto se pueden evitar con una buena protección ocular,  es decir, con gafas deportivas especiales, con materiales ligeros e irrompibles.