Recaída de cáncer

Una vez finalizado el tratamiento del cáncer no es nada infrecuente que parezca un sentimiento de miedo a la recaída. La aparición de este sentimiento es normal y no debes pensar que sólo te pasa ti. Su aparición es más frecuente en personas jóvenes y también paradójicamente en aquellas con mejor pronóstico. También parece ser un poco más frecuente en pacientes con antecedentes previos de ansiedad y en aquellos que experimentan muchos efectos secundarios con el tratamiento.

Grados de miedo a la recaída de cáncer

Este miedo a la recaída puede presentarse con diferente grado de intensidad y durante un tiempo variable:

Grado leve

Ocasional preocupación por el cáncer y la recaída, desencadenada habitualmente por factores externos como el diagnóstico de un familiar. Puede acompañarse de ansiedad y angustia y durar algunos días.

Grado moderado

Preocupación frecuente por la posibilidad de recaída, acompañada de angustia, ansiedad, pensamientos negativos y dificultad para su control, la mayoría de las veces sin desencadenante externo.

Grado severo

Casi constante preocupación por la recaída con seguridad de que el cáncer volverá, angustia, ansiedad, interpretación de cualquier síntoma físico como indicativo de recaída y dificultad para hacer planes por estar esperando a la recaída o progresión de la enfermedad.

La mayor parte de las veces, lo que aparece es el miedo a la recaída de grado leve y sobre todo coincidiendo con las revisiones. Es algo natural y podemos decir que hasta positivo: es como la ansiedad previa a un examen y el miedo a fracasar en el mismo. Sin este punto de ansiedad no prepararíamos igual el examen.

Con ese pequeño grado de stress nos comprometemos con nuestra salud y la realización de las pruebas diagnósticas previas a la revisión. En general se supera pasada la revisión y con los años, la mayor parte de las personas es capaz de controlar bien ese miedo. Con menos frecuencia aparece el miedo moderado a severo.

Puede llegar a ser un problema, ya que contribuye al deterioro de la calidad de vida, puede crear conflictos de relación con la pareja, la familia o los amigos, dificultades para enfrentarse al día a día y puede además llevar a la depresión.

Es importante que lo comentes con tu médico y abordéis juntos estas emociones lo antes posible, para buscar una solución. Son más infrecuentes las situaciones de miedo severo. Pero cuando aparecen, hay que intentar controlarlas lo antes posible. Por sí mismo este miedo no desaparecerá y siempre se necesita ayuda para superarlo.

Además, ese miedo severo, irracional y no controlable puede llevar a la persona a no realizarse las pruebas y revisiones indicadas, además de acudir con frecuencia a los servicios de urgencias u otros servicios médicos por sospechar (sin motivo) que el cáncer ha vuelto.

Cómo evitar el miedo a la recaída de Cáncer

  • Para intentar evitar la aparición de este miedo a la recaída:
  • Celebra sin miedo y con convencimiento que tu tratamiento ha terminado y el cáncer está controlado.
  • Retoma tu vida poco a poco y con seguridad.
  • Disfruta tu presente y no anticipes un futuro incierto.
  • Pide información a tu médico sobre tu posible riesgo de recaída, tu plan de revisiones y cambios a realizar en tu estilo de vida. Reconcíliate con tu salud.
  • No te sientas mal por estar preocupado de vez en cuando y más si coincide con alguna circunstancia externa negativa. Es normal y humano. Compártelo con los tuyos.
  • Habla siempre con tu equipo médico si el miedo a la recaída es más que una preocupación ocasional, para que te ayuden. No tiene sentido haber superado la enfermedad y el tratamiento y no poder disfrutar de tu vida por un miedo que la mayoría de las veces no está justificado.