¿Qué son los quistes de Bartolino?

Las glándulas de Bartolino llevan el nombre de su descubridor, el médico danés Caspar Bartolin (1585-1629). Se encuentran a ambos lados de la abertura vaginal (introito), miden apenas 1 cm y habitualmente no pueden palparse. Producen un moco blanquecino o transparente que lubrica los labios mayores y menores que conforman la vulva.

Cuando estas glándulas se obstruyen, el moco que producen se acumula y se dilatan, aumentando su tamaño y formándose lo que se denomina quiste de Bartolino. La mayoría de las veces estos quistes son pequeños y pasan casi desapercibidos, ya que no son dolorosos. Normalmente aparecen en un solo lado y se suele percibir un pequeño bulto indoloro. Sin embargo, si el quiste se infecta, aparece un absceso dando lugar a una bartolinitis aguda.

Los síntomas de un quiste de Bartolino dependerán de su tamaño y de si existe o no absceso. Lo habitual es notar un bulto en el introito que cuando aumenta mucho de tamaño puede molestar al sentarse, al caminar o cuando se mantienen relaciones sexuales. Si además hay infección, aparece inflamación, dolor y fiebre.

¿Por qué se producen los quistes de Bartolino?

El quiste de Bartolino se produce como consecuencia de la obstrucción de la glándula, y esto puede deberse a varios motivos, como una lesión o una infección. Entre las bacterias que pueden favorecer la bartolinitis están la Escherichia coli, Staphylococcus aureus, y Enterococcus faecalis, así como las causantes de enfermedades de transmisión sexual, como la clamidia o la gonorrea.

Para diagnosticar el quiste de Bartolino suele bastar con una exploración y palpación de la zona.

Aunque no se puede prevenir la formación de estos quistes, si se pueden seguir algunas recomendaciones para evitar en la medida de lo posible su infección, como por ejemplo mantener una buena higiene en la zona o utilizar preservativo en las relaciones sexuales. También es importante que acudas a los reconocimientos ginecológicos anuales para detectar de manera precoz la presencia de un posible quiste.

Quiste de Bartolino tratamiento

La mayoría de los quistes de Bartolino son pequeños, asintomáticos y no suelen infectarse, por lo que no es necesario su tratamiento. Sin embargo, si el quiste causa síntomas o está infectado, se puede optar por los siguientes tratamientos:

  • Antibióticos para combatir la infección.
  • Marsupialización: consiste en realizar una incisión vertical en el quiste. Después, se suturan los bordes del quiste a la mucosa vestibular para crear una abertura permanente que facilite el drenaje. En ocasiones tras la marsupialización se puede dejar un catéter para que la abertura permanezca abierta y se pueda garantizar el drenaje completo.
  • Extirpación de la glándula de Bartolino: la cirugía está indicada en los casos que no responden a los tratamientos conservadores o cuando se repiten varias veces las infecciones. La intervención se realiza de manera ambulatoria, es decir que no es necesaria la hospitalización. La extirpación de la glándula no afecta a la lubricación de la vagina, ya que existen otras glándulas en la zona que siguen realizando esta función.
  • Baños de asiento: remojar la zona en el bidet con agua tibia durante unos 10-15 minutos, varias veces al día, puede ayudar a que el quiste se rompa y drene libremente.