Uno de los reconocimientos médicos más importantes para la mujer es la revisión ginecológica, un chequeo en el que se realizan una serie de pruebas para detectar posibles problemas relacionados con el aparato genito-reproductor femenino (infecciones, molestias en relaciones sexuales o tumores, entre otros).Además, en esta visita podrá hablar con el ginecólogo y resolver todas las dudas que pueda tener sobre temas que para algunas mujeres pueden ser delicados y no quieren tratar con otros profesionales sanitarios, como por ejemplo el control de la natalidad, la vida sexual, el embarazo o problemas que puedan aparecer durante la menopausia.
La edad recomendada para empezar a realizar las revisiones ginecológicas anuales es a partir de los 21 años o tras mantener las primeras relaciones sexuales (independientemente de la edad). No obstante, existe consenso en no realizar la primera citología hasta los 25 años aunque se tengan relaciones sexuales habituales desde hace tiempo. En caso de que la mujer esté embarazada, las revisiones ginecológicas se harán con más frecuencia para llevar un control adecuado del embarazo y del posparto. Para ello el ginecólogo establecerá un calendario de visitas y de pruebas.
Primera visita al ginecólogo: ¿qué te hacen?
Al igual que en otros reconocimientos médicos, durante la primera visita al ginecólogo el médico hará una breve entrevista a la mujer para completar su historia clínica. Entre las cuestiones más frecuentes que se suelen abordar, le preguntará su edad, si es la primera vez que acude al ginecólogo, si tiene antecedentes familiares de enfermedades ginecológicas, oncológicas u otras que puedan ser de interés, si sigue algún tratamiento farmacológico, qué operaciones ha tenido ella y sus familiares directos, la fecha de la última regla y la descripción de sus reglas, si ha estado embarazada o ha tenido algún parto…
Por otro lado, el ginecólogo también le puede preguntar si está vacunada contra el virus del papiloma humano (VPH) y explicarle en qué consiste la vacuna, la efectividad que tiene y recomendarle la vacunación si lo estima oportuno.
Este cuestionario tan exhaustivo no se repetirá en las siguientes consultas, durante las cuales el ginecólogo solo preguntará por las cuestiones a las que quiere hacer un seguimiento determinado.
Pruebas ginecológicas durante la revisión ginecológica
Tanto en la primera revisión ginecológica, como en las siguientes se pueden realizar una serie de pruebas ginecológicas rutinarias que son totalmente indoloras y no llevan mucho tiempo.
Las más frecuentes son:
- Exploración pélvica: incluye la exploración de los órganos reproductores externos e internos. Para realizarla correctamente la mujer se tumba boca arriba con las caderas y las rodillas flexionadas y las nalgas en el borde de una camilla. Las camillas cuentan con estribos para las piernas que ayudan a mantenerse en esta posición. La exploración de los órganos internos se realiza introduciendo un separador llamado espéculo que permite visualizar la vagina y el cuello uterino.
- Citología: consiste en la recogida con una espátula o cepillo, de las células que se descaman del cérvix o cuello del útero de manera espontánea. Es la prueba fundamental para el screenning del cáncer de cuello uterino.
- Ecografía transvaginal: da información sobre el útero, los ovarios y la pelvis.
- Exploración mamaria, con el fin de detectar bultos y nódulos que puedan indicar algún problema.
- Análisis de sangre y de orina.
- Mamografía y ecografía mamaria (dependiendo de la edad).
- Densitometría (para mujeres menopaúsicas.
Aunque se recomienda realizar una revisión ginecológica anual, si la mujer tiene molestias en la vagina, detecta la presencia de bultos en las mamas o en la vulva, tiene alteraciones en su ciclo menstrual o sospecha que puede tener alguna infección de transmisión sexual, conviene que acuda cuanto antes al ginecólogo para hacerse las pruebas que permitan evaluar su salud.