La vulvovaginitis consiste en la inflamación o infección de la vulva o vagina. Se trata de un problema que puede aparecer en cualquier mujer y a cualquier edad, pero es más frecuente durante la edad fértil.
¿Cuáles son los síntomas de la vulvovaginitis?
La irritación e inflamación de la mucosa de la vagina se puede producir por diversas causas no infecciosas:
- El uso de jabones con un pH que no sea neutro.
- Espermicidas.
- Anticonceptivos vaginales.
- Artículos de higiene femenina en espray.
- Ropa muy ajustada que entorpece la transpiración y favorece la aparición de una dermatitis.
Vulvovaginitis infantil
Este último factor es la causa de la vulvovaginitis infantil. Al no transpirar bien, se obstruyen las glándulas sudoríparas, lo que favorece la inflamación, irritación de la vulva, picor y enrojecimiento de la zona. En las niñas, las vulvovaginitis se suele deber a una higiene inadecuada. Por eso, es importante enséñales a lavarse bien la zona genital.
Como hemos comentado, las infecciones que provocan irritación de la mucosa de la vagina son la principal causa de las vulvovaginitis, y hay que fijarse sobre todo en las que provoca la Candida albicans, más conocida como candidiasis, siendo la más frecuente .
La vagina cuenta con su propia flora bacteriana y si se produce cualquier alteración por un agente externo se desencadena una infección. Otra de las vías de transmisión de las infecciones en la vagina es a través de las relaciones sexuales no seguras. Un claro ejemplo son las infecciones de transmisión sexual, que han repuntado en los últimos años en nuestro país.
Tratamiento vulvovaginitis
Para poder tratar la vulvovaginitis, lo primero que hay que hacer es determinar la causa, puesto que si se trata de una infección de origen bacteriano el tratamiento será antibiótico, mientras que si la infección la produce un hongo el tratamiento indicado será un antifúngico. La vía de administración de los fármacos prescritos dependerá de cada caso, y se puede emplear tanto la vía oral como la vaginal y tópica.
Otra de las posibles causas de la vulvovaginitis no infecciosa es la sequedad vaginal propia de la menopausia. Para paliarla, se puede utilizar algún lubricante adecuado que no contenga ningún elemento que altere la mucosa vaginal. Para ello, es necesario consultar con el especialista y buscar la solución adecuada. En estos casos también se puede paliar la falta de estrógenos con alguna crema que los contenga. Si la vulvovaginitis se debe a una reacción alérgica, habrá que tratarla con antihistamínicos orales o tópicos.
Por eso, ante cualquier síntoma hay que acudir al especialista, quien podrá dar las pautas adecuadas para resolver la situación y , en caso de ser de origen infeccioso, evitar aparezca de nuevo.
Los síntomas más frecuentes de la vulvovaginitis son picor y sensación de calor en la zona vaginal. Como está inflamada, las relaciones sexuales pueden ser dolorosas, y éste suele ser uno de los principales signos de alarma que lleva a consultar al especialista. La vulvovaginitis también produce secreciones vaginales anormales, que pueden cambiar de color, volverse más densas y presentar un fuerte olor.
Prevención vulvovaginitis
Entre las medidas preventivas más recomendadas están:
- Cuidar los productos de higiene íntima, revisando su composición y su pH para que no altere la mucosa de la vagina ni su flora. No utilizar productos con perfume que puedan irritar la vagina y la vulva.
- Secar bien la zona genital después de la higiene. Hacerlo de forma suave para evitar que se irrite la vulva.
- Prescindir del uso de spray en la zona.
- Vestirse con ropa holgada que permita la transpiración.
- Utilizar ropa interior de fibras naturales que sean absorbentes, que faciliten la transpiración y eviten la humedad.
- Mantener relaciones sexuales seguras.
Lo que tienes que tener claro es que cuanto antes se detecte la vulvovaginitis, antes se podrá poner solución y tratamiento, ya que la terapia precoz favorece que la inflamación no se extienda y resulte menos molesta.