Seguramente te preguntes cómo mantener el peso comiendo de todo, por fin has perdido los kilos que te sobraban y te ves fenomenal, ¡enhorabuena! Ahora que has llegado a tu peso ideal llega la fase de mantenimiento, en la que podrás poner en práctica todo lo que has aprendido sobre nutrición durante tu dieta de adelgazamiento.

Mantener el peso comiendo de todo sin obsesionarse

Sin embargo, empiezas a estar muy preocupada o preocupado por la posibilidad de recuperar algún kilo en la fase de mantenimiento y empiezas a obsesionarte con el tema.

Cuando te pesas, cualquier fluctuación, por pequeña que sea, te hace entrar en pánico. Miras la comida con lupa y no te permites ni un capricho. Pero, hacer esto es un error, en esta fase hay que mantener el peso comiendo de todo sin agobiarse.

Dieta de mantenimiento

La dieta de mantenimiento es, como su nombre indica, un plan de alimentación que te ayuda a mantener el peso comiendo de todo. Si sigues las recomendaciones de tu médico nutricionista no tienes por qué recuperar el peso perdido.  Eso sí, es importante que sigas sus recomendaciones y que tengas en cuenta los siguientes consejos:

Dieta variada y equilibrada

La dieta de mantenimiento que ha diseñado el médico nutricionista para ti incluye alimentos de todos los grupos nutricionales e incluso permitirá que te tomes alguna licencia incorporando alimentos que antes tenías prohibidos, siempre de manera moderada o excepcional.

Pero esto no quiere decir que puedas atiborrarte de grasas saturadas y azúcares: mantén a raya el consumo de aceite, incorpora siempre grasas buenas (poliinsaturadas y monoinsaturadas) y reduce el consumo de sal.

Consejos para mantener tu peso

Pésate cada 15 días

Es normal que el peso sufra pequeñas variaciones a lo largo del mes, pero eso no significa que vuelvas a recuperar el peso perdido. En la fase de mantenimiento es mejor pesarse cada 15 días.

Engánchate al agua

Es tu mejor aliada no solo porque hace que te sientas más saciada sino porque ayuda a eliminar toxinas y a que tus órganos funcionen adecuadamente.

Haz ejercicio

Salta, corre, sube y baja escaleras, apúntate al gimnasio, queda para salir a caminar… Moverte te ayudará a mantener el peso a raya, además de que mejorará tu estado de ánimo, reducirá el estrés y la ansiedad que te causan los pensamientos obsesivos.

Practica mindfullness

Cuando veas que te invaden pensamientos recurrentes sobre el temor a engordar en la fase de mantenimiento, realiza ejercicios de relajación o mindfullness que te permitan romper esa cadena de pensamientos negativos.

Dosifica los caprichos y compensa los excesos

Habla con tu médico nutricionista sobre los alimentos que más te tientan y sobre cómo introducirlos en tu dieta, para así mantener el peso comiendo de todo. De vez en cuanto te puedes dar un capricho en pequeñas cantidades y ver cómo compensar ese consumo reduciendo las calorías en próximas comidas o incrementando la actividad física enfocada a la pérdida de peso.

Comer fuera sí, pero con cabeza

Tal y como hacías cuando seguías la dieta de adelgazamiento, cuando comas fuera de casa elige de manera inteligente los platos más saludables del menú, los que aporten menos calorías, sin salsas o aditivos grasos y sin frituras.

Brinda con moderación

Has conseguido la figura que deseas y eso es un motivo más que justificado para brindar y permitirte una cerveza o una copa de vino de vez en cuando. Pero recuerda que el alcohol es una de las principales fuentes de calorías vacías (1 gramo de alcohol aporta unas 7 calorías), favorece la acumulación de grasa abdominal y aumenta el apetito.