Muchas personas con un grado de obesidad alto notan que un hambre constante, esto se debe a que cuanto mayor cantidad de comida ingerimos, más grande se va haciendo el estómago, ya que sus paredes se pueden ir distendiendo. Para intentar evitar poco esta sensación de hambre constante hay que comer con cabeza y sentido común, es decir, sabiendo la cantidad que necesitamos comer y no ingerir alimentos de forma descontrolada.

¿Cómo funciona el estómago?

El estómago es el órgano del sistema digestivo donde se procesan los alimentos, una vez que llegan triturados y se someten a la acción de los ácidos que van segregando en  el propio estómago para hacer bien la digestión. Cuando tiene la suficiente cantidad de comida manda una serie de señales al cerebro para decirle que ya está lleno y en ese proceso intervienen varias hormonas

Muchas veces, la percepción por parte del cerebro de la saciedad no es la adecuada y siente hambre constante, ya que está situada en el centro de recompensa de nuestro cerebro. Por eso, muchas personas descargan su ansiedad, frustración, angustia… con grandes atracones de comida, ya que sienten una recompensa al comer que mitiga esas malas sensaciones.

Fruta en la nevera

Hambre constante, ¿es hambre real?

La recompensa se obtiene en el momento de comer, pero transcurrido un cierto tiempo, puede volver a aparecer el hambre “no real” o también conocida ansiedad. Si esto ocurre, debes acudir a un psicólogo especialista en nutrición que te ayude a canalizar esos sentimientos sin que se vea afectado tu estómago; de esta forma, evitarás añadir a tu estado psicológico un problema de salud, la obesidad.

Los casos más graves son los de obesidad mórbida

Cuando tu IMC ha superado 40 y no tienes ánimo para hacer frente a la situación, debes buscar ayuda en un equipo multidisciplinar para que puedas tener un abordaje conjunto de la situación. A la hora de reducir peso, puede ser necesario disminuir el tamaño de tu estómago y para ello cuentas con la posibilidad de someterte a una reducción de estómago con un bypass gástrico.

Con el bypass gástrico además de reducir la capacidad de tu estómago consigues absorber menos nutrientes, puesto que pasas por alto parte del intestino delgado. Así, comes una menor cantidad de alimentos, tu estómago no se expande tanto y reduces la cantidad de nutrientes que asimilas.

Si lo necesitas, no dudes en apoyarte en los profesionales adecuados para que puedas conseguir los objetivos marcados siguiendo las recomendaciones que te ha dado tu psicólogo. Estar preparado para adelgazar es cuestión de mentalizarse y prepararse para ello. Rodéate del equipo adecuado y sigue los consejos que te dan basados en su experiencia y en su profesionalidad.