La definición de ovarios poliquísticos es sencilla de interpretar: presencia de varios quistes en el ovario. Es difícil determinar su prevalencia, pero se estima que es un problema que afecta a alrededor de un 5-15% de las mujeres en edad reproductiva, y la mayoría de ellas descubren que lo tienen en la etapa de los 20-30 años, generalmente cuando consultan a su médico porque no consiguen quedarse embarazadas.

Aunque a menudo se confunden ambas circunstancias, es importante saber que no es lo mismo tener ovarios poliquísticos (OP) que padecer el síndrome de ovarios poliquísticos (SOP). Los primeros son una condición ginecológica, de causa probablemente genética (aunque también se ha relacionado con el estilo de vida, la dieta, etc.), que se caracteriza por la presencia en el ovario de varios quistes benignos.

Síntomas ovarios poliquísticos 

Los ovarios poliquísticos no suelen dar más síntomas que algunas alteraciones del ciclo menstrual, generalmente haciendo que éste sea más largo. Por ello, en el caso de estar buscando un embarazo, puede hacer más difícil determinar el periodo fértil, pero no suele afectar a la fertilidad.

No ocurre lo mismo en el caso del SOP, ya que se trata de una afección de tipo endocrino, producida por problemas hormonales. Una de las principales consecuencias del síndrome de ovarios poliquísticos es que puede afectar a la fertilidad, ya que las alteraciones que se producen en el ciclo menstrual hacen que en muchas ocasiones no haya ovulación. Asimismo, una “seña de identidad” de los ovarios poliquísticos es el dolor en la zona pélvica, a lo que hay que unir otros síntomas característicos del SOP:

  • Ausencia de menstruación o ciclos menstruales muy largos.
  • Exceso de vello y/o acné en determinadas zonas del cuerpo (cara, pecho, abdomen, muslos).
  • Mayor resistencia a la insulina (lo que incrementa el riesgo de diabetes).
  • Aumento de peso o dificultad para adelgazar.

Tratamiento ovarios poliquísticos

El tratamiento del síndrome de ovarios poliquísticos se basa generalmente en la administración de fármacos para regular las alteraciones hormonales. En el caso de las mujeres que quieren quedarse embarazadas, y contrariamente a lo que muchas creen, tener este problema no significa que no puedan ser madres, aunque sí es verdad que dificulta conseguir gestación.

Cómo preparar la consulta con un especialista

 Tanto los OP como el SOP se diagnostican en la consulta del médico a través de un análisis de sangre (para comprobar los niveles hormonales), una exploración completa y en algunos casos una ecografía. Para facilitar el diagnóstico hay una serie de datos que el médico necesita conocer. Por eso, debes llevar preparada una lista en la que se incluirá:

  • La descripción de tu ciclo menstrual: edad a la que tuviste tu primera menstruación, duración habitual de los ciclos, si siempre han sido irregulares o se trata de algo reciente, si la regla va a acompañada de dolor u otros síntomas…
  • Información familiar: es importante saber, por ejemplo, si tu madre u otra mujer de tu familia tiene OP o SOP.
  • Cuál es tu estilo de vida: si fumas y/o bebes habitualmente, tipo de dieta que sigues, si haces o no deporte, medicamentos que tomas.
  • Si estás buscando quedarte embarazada, cuánto tiempo llevas intentándolo.
  • Los síntomas que tienes, aunque no estén relacionados con tu ciclo menstrual.
  • Los fármacos que tomas.
  • Si estás tomando algún suplemento alimenticio o algún suplemento del herbolario.
  • Las dudas que tengas sobre lo que te pasa. Si las llevas anotadas no te olvidarás de preguntarlas, porque a veces con los nervios se olvidan.