La progesterona es una hormona que juega un papel determinante en el cuerpo femenino todos los meses, ya que podríamos decir que es la co-directora, junto con otras hormonas, de todos los cambios que el aparato reproductor femenino va experimentando durante ese intervalo de 28 días.

La progesterona es secretada por los ovarios a mitad del ciclo, después de la ovulación, y sus niveles se mantienen altos hasta la aparición de la siguiente menstruación.

¿Para qué sirve la progesterona?

Su principal misión es preparar la capa que reviste al útero (endometrio) de forma que se adhiera a ella el óvulo fertilizado (embrión) en caso de que se mantengan relaciones sexuales en este momento y se produzca la fecundación.

¿Cuál es la función de la progesterona en el embarazo?

Una vez que el embrión se implanta en el endometrio, la progesterona también desempeña un rol clave en el embarazo, ya que el ovario la produce hasta que han transcurrido 8 semanas de gestación.

A partir de este momento, es la placenta la encargada de producir progesterona durante el resto del embarazo.
A lo largo de estos 9 meses, la progesterona interviene activamente en todos los procesos de la gestación, favoreciendo la adaptación del cuerpo femenino a todos los cambios que se van produciendo.

Estos son algunos de sus principales funciones:

• Prepara el útero para albergar al embrión.
• Favorece la elasticidad de los tejidos corporales para que éstos se adapten al aumento de volumen.
• Tiene un efecto protector del feto, formando alrededor de él el tapón mucoso.
• Evita que las contracciones se presenten antes de tiempo.
• Refuerza el sistema inmunológico de la madre, evitando que éste perciba al feto como un “elemento extraño” y lo rechace.

Niveles progesterona para quedar embarazada

Los niveles de progesterona van fluctuando a medida que se desarrolla el embarazo y así, por ejemplo, en los días próximos al parto, la presencia de esta hormona en el plasma sanguíneo desciende, evitando con ello que el parto se produzca antes de la fecha prevista.

Asimismo, los momentos de la gestación en los que las cifras de progesterona son más altos suelen coincidir con periodos de más tranquilidad y bienestar materno. En relación con esto, esta hormona también es muy importante después del parto, ya que la caída en picado de sus niveles es uno de los principales factores implicados en los altibajos de ánimo característicos de este momento (lo que se conoce como depresión postparto).

Estrógenos y progesterona

Por otro lado, los niveles de esta hormona presentes en el organismo femenino suponen un factor determinante en aquellos casos en los que no se consigue el embarazo. De hecho, tener una cantidad de progesterona baja constituye una de las principales causas de la infertilidad en la mujer.

Otro problema relacionado con esto se da cuando se produce una “discordancia” entre la progesterona y los estrógenos, que son otro tipo de hormonas implicadas en el proceso de reproducción; así, el hecho de que la baja producción de progesterona coincida con una excesiva producción de estrógenos supone también otra causa de infertilidad. Asimismo, tener unos niveles bajos de progesterona está relacionado con otras circunstancias que pueden darse a lo largo del embarazo.

Progesterona baja en el embarazo

Progesterona: efectos secundarios

Entre los principales efectos secundarios de un déficit de progesterona en la gestación se encuentran los siguientes:

• Puede producir un fallo de implantación, haciendo inviable el embarazo.
• Es una de las razones que están detrás de muchos abortos involuntarios que se producen en las primeras semanas de embarazo, ya que esta hormona es clave para que el endometrio “reciba” bien al embrión y que éste se desarrolle de forma adecuada en este periodo.
• También está relacionado con un riesgo mayor de parto prematuro.

Teniendo en cuenta el papel que juega esta hormona, hay ocasiones en las que se recurre a la administración de progesterona de forma exógena para asegurar sus niveles adecuados tanto para conseguir el embarazo como para asegurar que éste llegue a término.

En el caso de los embarazos que ya están en marcha y en los que se detectan unos niveles bajos de esta hormona, el especialista cuando se trata de procedimientos de reproducción asistida, es habitual administrar progesterona para garantizar que el útero reúna las condiciones idóneas para que el embrión depositado en él a través de la transferencia se adhiera bien al endometrio, se desarrolle de forma adecuada y, por tanto, el embarazo siga adelante.