Todos sufrimos en algún momento fotofobia o episodios de hipersensibilidad lumínica ante los cuales debemos entrecerrar los ojos para no sentir molestias o dolor
Estos episodios son debidos a la exposición a fuentes de luz intensas, ya sean naturales o artificiales, son más comunes de lo que pensamos y, en la mayoría de los casos, no revisten gravedad.
No obstante, ante episodios persistentes es importante acudir al oftalmólogo para que determine la causa y descarte posibles patologías que estén incrementando nuestra sensibilidad a la luz.
Causas de la fotofobia
Entre las causas más frecuentes de fotofobia o hipersensibilidad lumínica se encuentran las siguientes:
Factores propios del ojo
Las personas con ojos claros suelen tener más sensibilidad a la luz, ya que el iris tiene menos pigmentación y la cantidad de luz que lo atraviesa es mayor. Asimismo, las personas con albinismo sufren especialmente la fotofobia, así como otras patologías relacionadas con el déficit de pigmentación.
Traumatismos en la córnea o patologías oculares
El impacto de algunas partículas en la córnea, como por ejemplo de metal, madera o plástico, puede causar traumatismos que aumenten la sensibilidad del ojo. Algunas enfermedades inflamatorias, como la conjuntivitis, también pueden favorecer los episodios de fotofobia.
Trastornos neurológicos
Más del 80% de las personas que sufren cefaleas también tienen fotofobia incluso cuando no sufren un brote migrañoso. Asimismo, la meningitis y ciertos tumores cerebrales suelen causar sensibilidad a la luz.
Tratamientos farmacológicos
Algunos fármacos para tratar enfermedades del sistema nervioso central o que actúan sobre él suelen provocar fotofobia. Lo habitual es que esta hipersensibilidad desaparezca cuando se deja de tomar la medicación o se cambia por otra.
¿Cómo evitar la fotofobia?
- Visita a tu oftalmólogo para que pueda determinar el origen de la fotofobia, descarte la presencia de alguna patología y te recomiende el mejor tratamiento posible.
- Evita la exposición directa a la luz intensa, atenúa las luces de casa, la de la pantalla del ordenador y de cualquier otra fuente lumínica que pueda generarte molestias.
- En el exterior, utiliza sombrero y gafas de sol que cubran bien los ojos, también por los lados.
- Utiliza gafas polarizadas, que repelen algunas longitudes de onda de luz solar y eliminar los brillos generados en superficies horizontales, o lentes fotocromáticas que se vuelven más oscuras o claras dependiendo de la cantidad de luz a la que nos expongamos.