El síndrome de Sjögren es una enfermedad ocular que tiene un origen autoinmune, es decir, se trata de un daño producido por el propio sistema inmunológico de la persona que, en este caso, ataca principalmente a las glándulas que están implicadas en la humedad del cuerpo (las que producen las lágrimas y la saliva), afectando por tanto a los ojos y a la boca. Es más frecuente en mujeres que en hombres (en una proporción de nueve a uno), generalmente en edades superiores a los 40 años.
Síndrome de Sjögren Síntomas
Suele tener un origen genético aunque también puede haber otros desencadenantes, como por ejemplo, determinadas infecciones. Asimismo, es frecuente que esté asociada a enfermedades reumáticas como la artritis reumatoide o el lupus. Su seña de identidad más característica es una sequedad intensa en los ojos. Otros síntomas del síndrome de Sjögren a nivel ocular son:
- Ardor y picor en los ojos.
- Sensación de que se ha metido algo en el ojo.
- Visión borrosa.
- Molestia ocular ante ambientes muy luminosos.
- Daños en la córnea.
Hay que tener en cuenta que estos síntomas en los ojos van acompañados de otros que se producen en la boca, debido a la disminución de la producción de saliva. Es habitual tener una “sensación de boca llena”, que dificulta tanto el habla con el tragar alimentos sólidos al comer; dolor y aftas (ulceras); pérdida del sentido del gusto y ronquera.
Síndrome de Sjögren Síntomas Neurológicos
Por otro lado, el síndrome de Sjögren puede producir síntomas neurológicos, debido a los efectos que la enfermedad tiene a nivel nervioso. Los más habituales son hormigueo y la percepción de una sensación extraña en los brazos y en las piernas. Otros síntomas más generales que pueden acompañar a las molestias que este síndrome produce en los ojos son: piel reseca y erupciones, dolor e inflamación en las articulaciones; tos seca y persistente; sequedad vaginal en las mujeres y cansancio y debilidad mantenida.
En cuanto al diagnóstico, se realiza en la consulta del oftalmólogo, quien para ello lleva a cabo una prueba que consiste en medir la cantidad de lágrima que se produce mediante unas tiras de papel que se colocan en los párpados. También se emplea un microscopio especial para el ojo llamado lámpara de hendidura, que permite obtener imágenes más precisas del síndrome de Sjögren.
Síndrome de Sjögren Tratamiento
Respecto al tratamiento del síndrome de Sjögren, se recomienda, en primer lugar, adoptar una serie de medidas generales:
- Una buena hidratación, bebiendo gran cantidad de líquidos.
- En espacios interiores, evitar corrientes de aire o aparatos de aire acondicionado que incidan directamente en el rostro, pues aumentan la sequedad ocular.
- Evitar exponerse al viento y no hacer deporte de velocidad sin usar gafas.
- Usar regularmente lágrimas artificiales.
También es habitual que el oftalmólogo prescriba geles lubricantes y ungüentos oculares, con el objetivo de mantener la humedad ocular durante más tiempo. Asimismo, se emplean colirios más específicos a base de compuestos antiinflamatorios o inmunosupresores, que atacan directamente a los mecanismos que dañan las glándulas lacrimales. En determinados casos, se recurre a una pequeña intervención quirúrgica que consiste en colocar unos minitapones de silicona o colágeno que sellan el conducto lacrimal, impidiendo que la lágrima se elimine y favoreciendo que el ojo permanezca húmedo más tiempo, lo que alivia notablemente los síntomas. En casos más graves se utilizan medicamentos antiinflamatorios y antirreumáticos por vía oral o parenteral.
Cómo preparar la consulta con un especialista
Es fundamental que le relates con todo detalle al oftalmólogo la aparición y curso de los síntomas, no solo los de los ojos y la boca, sino otros más generales como cansancio desproporcionado, dolores articulares… Además, sigue estos consejos:
- Repasa las enfermedades reumatológicas que hayan tenido tus abuelos, padres o hermanos, como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico y otras menos frecuentes, incluyendo el propio síndrome de Sjögren.
- Coméntale si tomas alguna medicación y cómo es tu ambiente familiar y laboral en cuanto a condiciones de temperatura y humedad.
- Ten en cuenta que puede que te derive al reumatólogo para complementar el estudio de tu patología. También es muy posible que te mande una analítica hematológica completa, así como análisis más específicos de marcadores reumatológicos.
- Si usas lentillas, acude a la consulta sin ellas.