Tratamiento para la obesidad

La obesidad es la acumulación excesiva de grasa que puede ser perjudicial para nuestra salud. Según la OMS en 2016 el 39% de las personas de más de 18 años tenía sobrepeso y el 13% eran obesas. La obesidad es una afección que puede ser debida a una mala alimentación o bien a una enfermedad. En cualquiera de los dos casos, las consecuencias para la persona que la padecen pueden llegar a ser graves.

Es fundamental que estos pacientes intenten alcanzar un peso más equilibrado con la planificación de una alimentación adecuada y reducción de calorías. Sin embargo, en ocasiones este tipo de métodos no funcionan por lo que se hace necesario someterse a técnicas de reducción de estómago para alcanzar el objetivo.

La reducción de estómago puede ser mediante procedimientos restrictivos –aquellos que eliminan parte de la capacidad del estómago- o por procedimientos malabsortivos –aquellos que evitan que el estómago absorba todos los nutrientes y calorías de los alimentos-. Igualmente pueden ser procedimiento más invasivos, mediante cirugía, o menos invasivos, mediante endoscopio.

Existen varios tratamientos para la obesidad grave  y entre los más solicitados se encuentran los relacionados con técnicas de reducción de estómago sin cirugía. Esto se debe principalmente a que son mucho menos invasivos que los procedimientos de cirugía bariátrica. Sin embargo, no es el paciente quien decide el tratamiento, sino que este dependerá de la valoración que el médico haga de cada caso.

Cirugía bariátrica: reducción de estómago con cirugía

La reducción del estómago no siempre es posible con métodos poco invasivos como dietas, balones o grapas. Cuando la obesidad alcanza niveles más graves como la obesidad mórbida, IMC 40-50 o mayor, o bien se han intentado otras alternativas y no se ha conseguido los resultados, se puede ir a técnicas más invasivas aunque muy eficaces como la cirugía.

Los diferentes métodos son:

  • Manga gástrica: es una técnica quirúrgica mediante la cual se extrae parte del estómago dejándolo con forma de tubo o manga. Es un procedimiento restrictivo que busca la pérdida de peso mediante la reducción de la capacidad estomacal. Es un método que no es reversible.
  • Bypass gástrico: es una técnica que reduce el tamaño del estómago dejando una pequeña bolsa que se unirá al intestino delgado en la parte baja. De esta forma se reduce el proceso de digestión y la absorción de nutrientes y sustancias de los alimentos. Es un procedimiento malabsortivo.
  • Banda gástrica: es una técnica quirúrgica reversible que consiste en la colocación de una banda alrededor de la entrada del estómago para reducir la velocidad y cantidad de alimentos que entran en el mismo. De esta forma se produce una sensación de saciedad antes de tiempo. Es un procedimiento restrictivo que puede regularse durante el tratamiento aumentando la presión sobre el estómago o disminuyéndola.

Reducción de estómago sin cirugía: ¿es posible?

En los últimos años, se están viendo problemas de problemas de salud que se relacionan con la obesidad en la población, tal es así que la Organización Mundial de la Salud valora en cifras de epidemia mundial y está promoviendo el desarrollo o el perfeccionamiento de técnicas menos invasivas que la cirugía bariátrica, en concreto, aquellas que llevan a cabo reducción de estómago por vía endoscópica como opciones para perder peso

Tipos de técnicas de reducción de estómago sin cirugía

Existen diversas técnicas de reducción de estómago que se realizan por vía endoscópica. Estas técnicas se llevan a cabo con un endoscopio que es una herramienta de diagnóstico e intervención quirúrgica muy poco invasiva. Solo deja unas pequeñas cicatrices y el postoperatorio es más sencillo.

Balón intragástrico

El balón gástrico o intragástrico (BIG) es una técnica muy sencilla para reducir la capacidad el estómago. Mediante un endoscopio se introduce un balón inflable dentro del estómago. Una vez colocado en su posición el balón se hincha con suero salino para reducir la capacidad del mismo, este quedará flotando dentro. El paciente tendrá la sensación de saciedad antes y como consecuencia perderá peso. Se puede perder más de 12 kilos durante el tratamiento.

El balón gástrico es una medida temporal, el tiempo máximo que podrá llevarse será de 6 o de 12 meses, dependiendo el tipo de balón. Puede ser el método clásico o Balón gástrico plus (técnica que mantiene el balón en el interior del paciente durante 12 meses). Durante este período el paciente ha debido de adquirir unos hábitos más saludables con respecto a la comida y al ejercicio para que se mantenga la pérdida de peso.

Colocación balón intragástrico

Método Apollo

El Método Apollo  es uno de los tratamientos de reducción de estómago sin cirugía que mejores resultados ofrece en los casos de pacientes que presentan obesidad con un índice de masa corporal  entre 30 y 40 (dicho índice se calcula dividiendo tu peso en kilogramos entre tu altura (metros) al cuadrado), es decir que necesitan perder entre 15 y 35 kilos.

Se introduce por la boca un tubo flexible que realizará una sutura con grapas en el estómago, reduciendo su tamaño y dejándolo con forma de manga. La capacidad del estómago se reduce un 60 o un 70%.  Es un procedimiento que puede ser reversible si el paciente lo solicita.

Método apollo reducción estómago

Método POSE

El Método POSE (Primary Obesity Surgery Endoluminal o Cirugía Primaria Endoluminal de la Obesidad), es una técnica de reducción de estómago sin cirugía que se realiza por vía endoscópica oral. Está indicado, según los expertos, en personas con un índice de masa corporal (IMC) superior a 30, aunque debe ser el especialista en cada caso quien determine qué técnica es la más  adecuada.

Se introduce un endoscopio por la boca hasta el estómago para realizar una serie de pliegues en el fundus gástrico que reducen el tamaño original del mismo. Con esta reducción de la capacidad del estómago se consigue perder entre el 50 y el 60% del exceso de peso. A pesar de ser una técnica pensada para que dure todo la vida se puede eliminar si el paciente lo desea.

Método POSE para adelgazar

Endomanga

La endomanga es un tratamiento diseñado para perder peso y combatir la obesidad. Se trata de uno de los métodos más avanzados de reducción de estómago sin cirugía ya que se realiza por endoscopia, una técnica que permite al médico ver el interior del cuerpo empleando un tubo viso que también recibe el nombre de endoscopio.

La principal característica de este sistema es que no deja ningún tipo de cicatriz ni obliga a realizar incisiones en la piel. Un factor que provoca que el tiempo de recuperación del paciente se reduzca considerablemente. Aunque para llevarlo a cabo, es necesario que la persona esté sedada. Esta intervención no suele durar más de 45 minutos.

¿Cómo se realiza una endomanga?

Para realizar esta intervención se recurre a una plataforma que se introduce a través de la boca en la que, entre otros, lleva incorporado un endoscopio y un utillaje específico para estrechar el estómago. Cuando actúa reduce una parte de la capacidad de este órgano logrando que el paciente se sienta más saciado en sus comidas. Además, complementado con el seguimiento Dietético, ayuda a que las calorías diarias se repartan de una forma más equitativa.

¿Cuándo se recomienda hacer?

Este tipo de intervención está recomendada para pacientes que tienen un exceso de peso moderado. Su finalidad es combatir este problema de una forma poco invasiva antes de que sean necesarios otros métodos más contundentes como la cirugía bariátrica, diseñada para pacientes que presentan unos elevados índices de obesidad.

Generalmente la endomanga se realiza en personas que tienen un Índice de Masa Corporal situado entre 30 y 40 kg/m². Este es uno de los datos que toman como referencia los médicos especialistas que antes de dar luz verde al tratamiento hacen un estudio personal del paciente.

¿Cuáles son sus efectos secundarios?

Este tipo de intervención es segura y no suele presentar efectos adversos, aunque sí genera algunas molestias en el paciente durante las primeras horas del postoperatorio. Las personas que se someten a esta cirugía endoscópica suelen sentir dolor en la zona superior del estómago, que se regula con medicación. Lo habitual es que en 2-3 días desaparezca cualquier tipo de molestia.

Los pacientes que se someten a la endomanga pueden retomar su vida más o menos normal a partir de las 72 horas. A partir de aquí comienza la segunda parte del tratamiento que depende de la propia persona y que consiste en un cambio de hábitos en los que se introduce la comida saludable y el deporte a la rutina diaria. Este proceso se denomina reeducación alimentaria y es recomendable que esté supervisado por un profesional.

Es importante mencionar que los primeros días posteriores a la intervención el paciente debe seguir una dieta líquida. El motivo es facilitar el anclaje correcto de las plicaturas y facilitar la tolerancia progresiva a los alimentos. Posteriormente se irán introduciendo comidas más consistentes hasta volver a la normalidad absoluta.

Endomanga gástrica antes y después

Antes de realizar este tratamiento, todos los pacientes deben seguir una dieta de preparación diseñada por un profesional. El objetivo de este plan es preparar al cuerpo y al propio estómago para la técnica a la que se va a someter.

El resultado más inmediato de este tratamiento es una bajada de peso, situada en un promedio de entre los 20 y los 35 kilos al año. Además de esto, los beneficios del método endomanga son que no deja ningún tipo de señal en el cuerpo y que es un tratamiento que tiene una rehabilitación rápida.

La principal diferencia que tiene la endomanga gástrica respecto a otros métodos como el POSE es la ubicación del estómago en la que se hacen las plicaturas suturas. En este caso, se realizan a lo largo del cuerpo del estómago. Con la endomanga no se corta ningún trozo del estómago, tan solo se realizan pequeños pliegues que permiten al estómago adquirir una morfología reducida a modo de tubo o “manga” gástrica por vía endoscópica.

Requisitos de la reducción de estómago: ¿cuándo está indicada?

Entre los factores que hay que tener en cuenta a la hora de recomendar una reducción de estómago sin cirugía se encuentran:

  • El peso inicial del paciente y los kilos que debería eliminar para recuperar su salud.
  • Si padece alguna enfermedad relacionada o no con la obesidad.
  • El estado psicológico del paciente, pues esto influirá decisivamente en el éxito del tratamiento.

Al acudir a la consulta, el especialista hará una historia clínica detallada y un análisis de todos los datos obtenidos para determinar si la reducción de estómago sin cirugía es la técnica adecuada para garantizar la pérdida de peso. En el caso de que así sea, existen varios procedimientos eficaces, entre los que se encuentra el Método Apollo.

Después de la reducción de estómago: seguimiento médico

El Método Apollo requiere un estrecho seguimiento médico, nutricional y psicológico, ya que la intervención debe ir acompañada de una dieta hipocalórica y de la modificación de los hábitos alimenticios. El paciente tendrá que adaptarse al nuevo tamaño del estómago y aprenderá pautas nutricionales saludables que podrá aplicar a largo plazo.

Asimismo, es importante que inicie un plan de actividad física adaptado a sus posibilidades con el fin de incrementar el gasto calórico, mejorar la movilidad y flexibilidad y aumentar la masa muscular.

Ventajas y beneficios de la reducción de estómago sin cirugía

El principal beneficio de las técnicas de reducción de estómago sin cirugía para adelgazar es que se tratan de técnicas poco invasivas y más seguras, en comparación con la cirugía bariátrica. Gracias a ello, se reducen las complicaciones asociadas a estas técnicas así como el tiempo que dura la intervención y el periodo de hospitalización.

El fundamento de estas técnicas es sencillo, ya que buscan que el paciente consiga saciarse antes con la comida y de esta manera coma menos, de tal forma que si este tratamiento se acompaña de un programa de dieta para adelgazar y ejercicios recomendado por los especialistas, se consigue una pérdida de peso considerable y mantenida en el tiempo al cambiar el paciente su estilo de vida hacia un estilo más saludable.