En ocasiones hablamos de Fecundación in Vitro y nos referimos de forma general a todas las técnicas de reproducción asistida en general pero lo cierto es que la Fecundación in Vitro (FIV) es una técnica en concreto.Para saber si una pareja va a necesitar una Fecundación in Vitro es esencial realizar un estudio detallado a ambos.

¿En qué consiste la fecundación in vitro o FIV?

La FIV consiste en que la fecundación del óvulo por parte del espermatozoide se hace en el laboratorio, luego se realiza un cultivo para que alcance una fase embrionaria y posteriormente se transfiere al útero con el objetivo de que se implante e inicie su crecimiento.

Básicamente el embarazo in vitro consiste en poner en contacto los ovocitos extraídos de una paciente, mediante punción ovárica, con los espermatozoides fecundantes de su pareja.

¿Para quién está indicada la técnica de fecundación in vitro?

Se indica una Fecundación in Vitro si encontramos que la mujer tiene una patología tubárica, es decir, que sus trompas están obstruídas por infecciones que ha pasado, endometriosis, adherencias por cirugías, presentan hidrosalpinx…

Se estima que en le 14% de las mujeres que inician estudio por infertlidad se pueden encontrar alteraciones en las trompas.

Y en prácticamente la totalidad de ellas la alteración había pasado inadvertida y se encuentra al realizar el estudio de infertilidad.

Otro motivo para indicar una Fecundación in Vitro es que hayan fallado técnicas como la inseminación artificial en parejas con infertilidad de origen desconocido.

qué es mejor la inseminación artificial o fecundación in vitro

Síntomas normales de la FIV

Algunos de los síntomas comunes tras el tratamiento para quedar embarazada por FIV son: 

  • Somnolencia 
  • Retención de líquidos
  • Náuseas
  • Hinchazón 

Estos síntomas se producen debido a los cambios hormonales debido al tratamiento FIV, no se deben confundir con los síntomas de embarazo, ya que como tal en la fecundación in vitro no hay un ningún síntoma que garantice una betaespera positiva. Es normal que la mujer sienta mucha ansiedad y estrés durante estas dos semanas. 

Opiniones sobre la FIV

En los últimos años la tendencia general en la mayoría de los laboratorios de Reproducción asistida en España es realizar microinyección espermática (ICSI) y no FIV. La mejora en los sistemas de micromanipulación de los microinyectores así como las elevadas tasas de Fecundación con ICSI, han inclinado la balanza hacía esta técnica relegando la FIV a un plano para las parejas que no son aptas para la Inyección espermática. 

Como cada caso es único, los especialistas en Reproducción Asistida, junto con los embriólogos, valorarán en cada caso cuál es la mejor técnica a realizar.

De manera general se entiende que el semen debe tener una determinada calidad mínima para ser empleado en una FIV. De igual forma, existen factores en la mujer que el ginecólogo tiene en cuenta a la hora de aconsejar realizar una FIV.

Se puede realizar también una técnica mixta (fecundar parte de los ovocitos por FIV clásica y parte mediante ICSI) a fin de garantizar un mínimo de ovocitos fecundados en el caso de que se produjese un fallo de FIV y ninguno de los ovocitos sometidos a esta técnica resultara fecundado.

PREGUNTAS SOBRE LA FECUNDACIÓN IN VITRO

  • Revisión del historial clínico de la paciente y del donante fecundador
  • Análisis del esperma (Puede ser conyugal o de donante)
  • Estudios y exámenes ginecológicos

Sí, sobre todo para estimular el desarrollo de más de un óvulo. El objetivo es obtener un número intermedio de óvulos para asegurar la fecundación in vitro, ya que tener más de un óvulo hace que el procedimiento sea mucho más sencillo después.

Hay muchos factores que determinan el porcentaje éxito de una FIV entre los que están: la edad de la mujer, la calidad de los óvulos y del semen, la causa de la infertilidad y el número de intentos de fecundación artificial. Como tal no hay un porcentaje exacto.

Los tratamientos en reproducción asistida no siempre siguen un orden determinado de acuerdo a su grado de complejidad o tasa de éxito, dado que en muchas ocasiones, la posibilidad o no de comenzar viene determinada por los resultados del estudio de fertilidad realizado previamente.

Cuándo los estudios previos lo permitan, existen ciertos tratamientos que pueden realizarse antes de pasar a otros más “complejos” como una fecundación in vitro. Dichos tratamientos: coito dirigido e inseminación artificial. Estas dos técnicas tienen indicaciones muy específicas, las cuales están en relación con la edad de la pareja, valores del seminograma, reserva ovárica, e incluso expectativas de éxito de la propia pareja.

En resumen, la fecundación in vitro no tiene por qué ser siempre el punto de inicio, al igual que tampoco lo tienen por qué ser técnicas más sencillas. La elección de las mismas dependerá de la situación concreta de cada pareja. Los tratamientos son “seleccionados” porque cada pareja y cada caso es único, y así deben tratarse.

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