¿Qué es una hernia inguinal?

La hernia inguinal consiste en la salida al exterior de tejido (generalmente del intestino) a través de un desgarro o una zona debilitada en la zona baja del abdomen.

Este tipo de hernia es más frecuente en los hombres que en las mujeres y se caracteriza porque el bulto resultante puede provocar dolor, especialmente al toser, levantar un objeto pesado o inclinarse. Aunque no suelen ser peligrosas, si las hernias inguinales se complican pueden llegar a ocasionar otros problemas graves.

Causas de una hernia inguinal

No existe una causa clara que justifique la aparición de la hernia inguinal. De hecho, algunas personas las tienen desde su nacimiento aunque no se manifiesten hasta más tarde. Entre los factores que favorecen su aparición están:

• Realizar actividades que aumenten la presión en el abdomen.
• Levantar objetos muy pesados.
• Estreñimiento crónico y hacer esfuerzo excesivo al utilizar el baño.
• Tener antecedentes familiares de hernia.
• Tos crónica.
• Criptorquidia.
• Sobrepeso u obesidad.
• Fibrosis quística.
• Embarazo.
• Esfuerzo excesivo al orinar.

Síntomas de hernia inguinal

Uno de los problemas a la hora de diagnosticar la hernia inguinal es que a veces los síntomas son vagos o inespecíficos, como molestias leves al caminar, al levantar objetos o realizar esfuerzos. Otras veces sí hay síntomas claros, como por ejemplo:

• Presencia de un bulto o tumefacción en la zona inguinal.
• Dolor leve que aumenta al realizar esfuerzos.
• Imposibilidad de volver a meter el contenido de la hernia por el orificio de salida mediante compresión.
• Náuseas y vómitos.
• Incapacidad para evacuar el contenido intestinal.
• Debilidad o dolor en la zona de la ingle.
En el caso de los niños o recién nacidos, la hernia inguinal suele ser visible cuando lloran o tosen. Además, los más pequeños suelen estar más irritables y pierden el apetito.

Hernia Inguinal Tratamiento

El diagnóstico de la hernia inguinal suele realizarse mediante una exploración de la zona. Si no se ve fácilmente, el médico puede solicitar pruebas complementarias, como una ecografía.

La cirugía suele ser el tratamiento de elección para reparar la hernia inguinal de forma permanente. En la actualidad, la intervención se hace por laparoscopia abdominal, una técnica mínimamente invasiva que permite reparar la hernia a través de pequeñas incisiones.

Durante la operación el paciente recibirá anestesia general y el cirujano realizará varias incisiones pequeñas en el abdomen a través de las cuales reparará la hernia. Esta técnica permite que el paciente tenga una recuperación más rápida y con menos molestias, por lo que podrá recuperar antes su ritmo de vida habitual. Además, las cicatrices serán menores.

Cómo preparar la consulta con el especialista

Las visitas al especialista suelen provocar nervios y como consecuencia puedes olvidar hacer algunas preguntas importantes o te puede costar retener la información que te dé el médico.

Por ello, es recomendable que acudas acompañado de un familiar o un amigo que te ayude a entender y apuntar la información.
Otros aspectos que debes tener en cuenta es anotar todos los síntomas que has tenido, cuándo se han producido y cuáles han sido las consecuencias (dolor, malestar, cambio del estado de ánimo), así como si han cambiado o empeorado con el transcurso del tiempo.

Además, conviene llevar otra información relevante, como vacunas que tienes puestas, historial familiar, acontecimientos recientes (viajes, mudanzas, etc.), y medicamentos, vitaminas o infusiones que estás tomando.

¿Qué preguntas debes hacer al médico?

• ¿Cuál es la causa de la hernia inguinal?
• ¿Puede tenerla mi hijo?
• ¿Qué pruebas necesito hacerme?
• ¿Cuál es el tratamiento?
• Si necesito cirugía, ¿cómo será la recuperación?
• ¿Estoy ante un problema con el que tendré que vivir el resto de mi vida?
• ¿Cómo afecta esta afección a otras enfermedades que tengo?
• ¿Qué puedo hacer para prevenir la reaparición del problema?