Lengua blanca y pastosa: ¿Cuáles son las causas?

Las alteraciones en el estado habitual de la lengua son más comunes de lo que se piensa y, además, resultan muy alarmantes aunque no provoquen dolor. Presentar la lengua blanca es un buen ejemplo de ello, ya que además podría ser un síntoma de una afección de salud más preocupante todavía.

A continuación analizamos las distintas causas de tener la lengua blanca y cómo reaccionar ante ello en función de cómo afecte a la persona que la sufre.

¿Qué problemas de salud refleja la lengua blanca y agrietada? 

Existen diferentes motivos por los que se puede tener la lengua blanca, aunque todos ellos coinciden en algo: su tono blanquecino tiende a deberse a la inflamación de las papilas

Una de las principales causas, es mantener una deficiente higiene bucodental. La acumulación de restos de comida, bacterias y otras sustancias pueden provocar este tipo de afección.

Sin embargo, existen otras razones por las que se puede presentar una lengua blanca, seca y agrietada:

  • Abuso de sustancias contaminantes como las que contienen el tabaco y las bebidas alcohólicas.
  • Deshidratación, ya sea a nivel general o en la zona bucal.
  • Respirar mayormente por la boca, provocando una excesiva sequedad.
  • Déficit de fibra en la dieta.
  • Sufrir fiebre o irritación en la boca.

En la mayoría de estos casos, la lengua blanca puede corregirse imponiendo unos hábitos de higiene bucodental apropiados y adquiriendo unas rutinas de vida más saludables. 

Ahora bien, una lengua blanca también puede estar manifestando una afección más grave:

  • Candidiasis oral, infección micótica provocada por una bajada de defensas o transmitida sexualmente.
  • Cáncer de lengua o cáncer oral.
  • Algunas enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis.
  • Leucoplasia, irritación propia de personas fumadoras que puede llegar a resultar cancerosa.

Lengua blanca y dolor de estómago, ¿es normal?

Presentar lengua blanca y dolor de estómago es un síntoma que puede estar indicando la presencia en el organismo de una enfermedad intestinal como la inflamación estomacal, también conocida como gastritis.

De hecho, si se detecta que la lengua está blanca y pastosa es muy posible que se deba a un problema a nivel intestinal que está provocando la generación de un exceso de saburra, una mucosidad propia de las paredes del estómago que no debería estar subiendo hacia la cavidad bucal. Ante esto, lo mejor es solicitar lo antes posible una cita con el estomatólogo.

Lengua blanca y dolor de garganta, ¿qué relación hay?

Presentar lengua blanca y dolor de garganta puede indicar distintas afecciones, por lo que lo más acertado es acudir a un centro médico en el que descartar opciones y obtener un diagnóstico acertado, lo que permitirá aplicar el tratamiento más efectivo.

Estos son algunos de los principales motivos de sufrir dolor de garganta a la vez que se tiene la lengua blanca:

  • Candidiasis oral o esofágica.
  • Presencia de llagas ulcerosas.
  • Infección a raíz de cortes sufridos por determinados alimentos.
  • Síndrome de la boca ardiente.

Si el dolor de garganta es agudo, está acompañado de fiebre, de tono blanquecino en la lengua o persiste durante más de dos semanas sin disminuir de intensidad, es necesario ir al médico para determinar qué está motivándolo.

Lengua blanca en niños y bebés

Que un niño presente la lengua blanca es un síntoma que puede alarmar a los padres, pero por fortuna la lengua blanca en bebés no es un síntoma que suela revestir gravedad.

Existen distintas causas de la lengua blanca en niños de corta edad, pero estas son las principales:

  • Candidiasis oral, en cuyo caso el médico puede prescribir tratamiento tanto para el bebé como para la madre.
  • Falta de hidratación en la boca, lo que genera una saliva más espesa.
  • Restos de leche en la lengua, que se pueden retirar con una gasa húmeda o un dedal de silicona.

Mantener una correcta higiene bucodental en niños es necesario desde sus primeros días de vida. Durante sus primeros meses de vida basta con utilizar una gasa, pero en cuanto tengan edad de aprender a usar un cepillo de dientes lo mejor es enseñarles a mantener una rutina saludable de lavado de dientes y del interior de la boca.

También es posible que determinados alimentos les resulten dañinos y deriven en la proliferación de bacterias en la cavidad bucodental, por lo que someter a los niños a pruebas de intolerancia alimentaria ahorrará sorpresas en este sentido.