¿Qué es la tendinitis rotuliana?

La tendinitis rotuliana también conocida como rodilla de saltador, es una lesión que se produce en el tendón rotuliano, un conjunto de fibras que une la rótula con la tibia y es indispensable para mantenernos en pie, caminar, correr y saltar.

Síntomas de la tendinitis rotuliana

Se presenta con un dolor de mayor o menor intensidad en la parte inferior de la rodilla que se acentúa con el movimiento. Estas molestias se pueden sentir en un punto concreto o a lo largo de todo el tendón.

Es habitual que provoque:

  • Inflamación, enrojecimiento y aumento de temperatura en la zona.
  • Rigidez, debilidad en la articulación o incluso pérdida del equilibrio

Una adecuada rehabilitación es imprescindible, ya que la tendinitis rotuliana si no es tratada de manera adecuada por un especialista médico, puede ir a más, llegando incluso a ser una molestia en cualquier actividad del día a día como subir escaleras, sentarte o levantarte de una silla.

Causas de la tendinitis rotuliana

Movimientos repetitivos y cambios bruscos

La principal causa es el estrés que sufren las fibras del tendón por exceso de carga o uso. Cuando hacemos movimientos repetitivos (saltando, corriendo sobre superficies duras, etc.), realizamos cambios bruscos de dirección o adoptamos malas posiciones sobre la rodilla, esta se resiente.

Descompensación muscular

También se produce la tendinitis rotuliana por una descompensación muscular. El cuádriceps participa en la extensión de la articulación y si lo sometemos a demasiada tensión se produce un desequilibrio de fuerzas que llega a provocar una inflamación crónica del tendón.

Sedentarismo

Aunque es común en aquellos que practican deportes como voleibol, baloncesto, tenis o carrera, también afecta a personas con baja actividad física. Y, ¡ojo!, existe un mayor riesgo de que vuelvas a padecer rodilla de saltador si la has sufrido anteriormente y no seguiste un tratamiento adecuado.

Diagnóstico de la tendinitis rotuliana

Si el dolor en la parte inferior de la rodilla es persistente y no ha cesado tras el reposo, conviene que acudas a un profesional sanitario para que haga un diagnóstico. Para detectar una posible lesión en los tendones, basta con realizar un examen de la zona.

En ocasiones, se recurre a técnicas de imagen. Una radiografía, ecografía e incluso una resonancia magnética permite precisar su alcance. A veces, la tendinitis rotuliana se confunde con problemas óseos en la articulación o con desgarros en otros tejidos.

Tratamiento de la tendinitis rotuliana

El tratamiento de la tendinitis rotuliana será distinta en función de la gravedad de la lesión:

  • Lo primero es que pares la actividad física y reposes durante un tiempo.
  • Son aconsejables los contrastes de frío y calor en la zona, especialmente en las 24 horas siguientes a la aparición del dolor.
  • El uso de una banda ayuda a dar sostén a la rodilla y la rótula. Se usa justo por debajo de la rótula
  • Si continúas con inflamación y dolor se recomiendan antiinflamatorios y analgésicos
  • Tras unos días de reposo total debes hacer estiramientos y ejercicios para fortalecer los músculos que participan en la extensión de la articulación y su movilidad. De esta manera, evitarás la descompensación de fuerza en las zonas más débiles de la articulación y prevendrás lesiones.
  • Si el dolor persiste y es muy intenso, debes acudir a un profesional sanitario. Si fuera necesario, te inmovilizará la articulación con férulas o prótesis para que el estrés en la zona sea mínimo.
  • Infiltraciones de corticoides.
  • En los casos graves, el médico especialista valora si necesitas una intervención quirúrgica.

Tiempo de recuperación de la tendinitis rotuliana

Cada caso de tendinitis rotuliana es un mundo. Así, algunos pacientes necesitarán unas semanas de recuperación, mientras que, en otros, el dolor se prolonga durante meses. Si es así, es aconsejable acudir al médico para descartar otras patologías.

Cómo recomendaciones para una recuperación eficaz se encuentran:

  • Reposo
  • Antiinflamatorios
  • Ejercicios de movilidad y fortalecimiento son el tratamiento más efectivo y adecuado.

Con unas semanas de cese de actividad, el dolor desaparecerá y se podrá continuar con una vida normal.
En caso de cirugía, ¡paciencia!, la recuperación puede llevar varios meses y requiere de una rehabilitación médica específica.