¿Qué es el capital solar?

El capital solar es la facultad que tiene la piel de una persona para defenderse de los rayos ultravioleta del sol. Debemos tener en cuenta que todo el sol al que estamos expuestos durante nuestra vida se va acumulando y los daños que producen los rayos ultravioletas A y B en el ADN de las células de la piel se van guardando. Estos rayos tienen un efecto carcinogénico y favorecen el envejecimiento de la piel. Para hacer frente a estos efectos contamos con la fotoprotección. Es clave que se inicie en los primeros momentos de nuestra vida, ya que la exposición al sol durante la infancia tiene que estar protegida para evitar esos daños y que se produzcan quemaduras solares.

Consejos para cuidar el capital solar

Según explica Cristina Villegas Fernández, jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, si recurrimos a una correcta fotoprotección que evite las quemaduras del sol, podemos reducir la incidencia del cáncer y la aparición de manchas negras en la piel. Por eso, es muy importante utilizar los fotoprotectores adecuados para los niños, que están elaborados teniendo en cuenta el grado de madurez de su piel.

Recuerda que cuanto mayor es la exposición al sol de forma incorrecta, más se va agotando el capital solar. Así, en líneas generales, las personas con piel más clara (fototipos I y II), perderán antes el capital solar, mientras que los fototipos más elevados, V y VI, lo perderán de forma más moderada. Estos últimos son los que se ponen “morenos” con mayor facilidad.

Autobronceador y tomar el sol

Por lo general, los autobronceadores no son un fotoprotector, sino productos que oscurecen la zona más superficial de la piel para que ésta adquiera un aspecto bronceado. Ahora bien, existen algunos autobronceadores que llevan incluidos filtros solares para que se pueda tomar el sol con la protección que ofrecen los fotoprotectores.

Fotoprotección y deporte

A la hora de hacer deportes acuáticos, no nos podemos de olvidar de utilizar un buen fotoprotector que sea adecuado para la práctica deportiva. Suelen ser compuestos que mantienen durante más tiempo su estabilidad, lo que permite que sus efectos perduren cuando el cuerpo entra en contacto con el agua.  De hecho, los productos  waterproof  mantienen su estabilidad hasta 80 mn  de inmersión, y los waterresistant, hasta 40 mn.  La mayoría de ellos no incluyen elementos químicos que sean fotosensibilizantes y se pueden aplicar con mayor facilidad, en forma de gel, crema o aerosol.

Fototipos y su relación con el capital solar

Cada persona, dependiendo del fototipo de su piel, necesita un tipo de protección. Los más bajos necesitan un tipo específico para que los rayos ultravioleta no dañen las células cutáneas, mientras que los más altos, los de las personas que tienen la piel más oscura, necesitan menos protección.

Estos son los 6 fototipos diferentes:

  • Fototipo I: pieles con un gran número de pecas, muy blancas, que se queman y no se broncean.
  • Fototipo II: la piel es un poco menos blanca y se puede broncear un poco, aunque con mucho cuidado porque suele quemarse.
  • Fototipo III: engloba a las pieles blancas, aunque estas ya se “ponen morenas” y se queman si no se cuidan adecuadamente.
  • Fototipo IV: son pieles más morenas, carentes de pecas, que adquieren un color bronceado con facilidad y no se suelen quemar.
  • Fototipo V: son pieles oscuras que no se queman y se broncean rápidamente.
  • Fototipo VI: son pieles negras que ni cambian de color ni se queman.
Cómo broncearse: Cuidados de la piel

¿Cuál es el mejor protector solar?

Los protectores solares constan de dos filtros, químicos y físicos, y ofrecen una protección máxima de hasta 50+.

Los químicos están compuestos por nanopartículas y llegan a las capas interiores de la piel para atraer los rayos UVA-UVB. Para que puedan hacer su función, es conveniente aplicarlos media hora antes de la exposición al sol.

Los filtros físicos están hechos con elementos que repelen los rayos UVA-UVB. Los que más se emplean son el dióxido de titanio y el dióxido de zinc. No entran en contacto con las capas internas de la piel, pero suelen tener un aspecto más denso que puede hacer más difícil su aplicación.

Para proteger bien nuestra piel, debemos elegir un factor de protección solar indicado para nuestro fototipo. Asimismo, Cristina Villegas Fernández recuerda que tenemos que tener presente:

  • No tomar al sol entre las 12:00 y las 16:00.
  • Reaplicar el factor de protección cada 3 o 4 horas y si estamos en la playa o en la piscina optar preferentemente por los que son resistentes al agua.
  • Beber agua para mantenerse hidratado y evitar golpes de calor e insolaciones.
  • En la sombra también estamos expuestos a los rayos UVA y UVB. Por eso, no olvides protegerte.
  • Cuidado con las manchas. Para evitarlas es clave aplicarse de forma regular un protector solar adecuado. De esta forma, también retrasaremos el envejecimiento de nuestra piel y prevenimos los tumores de la piel.

Como para casi todo, las prisas no son buenas. Para que el bronceado sea duradero, la dermatóloga recomienda ir poco a poco para conseguir un bronceado seguro y progresivo, evitando en todo momento la quemadura solar.

Con respecto a los fotoprotectores orales, explica que son un complemento a las cremas de protección solar. Suelen contener antioxidantes, licopeno, vitaminas E y C y, algunos, el alga Licopodium Leucotomus, y hacen que nuestro color bronceado se mantenga por más tiempo. “Lo más importante es tener un buen asesoramiento por parte de nuestro dermatólogo, que en función de nuestra edad, sexo, fototipo cutáneo, antecedentes familiares y tipo de piel, nos prescribirá el protector más adecuado a nuestras necesidades”, detalla Cristina Villegas Fernández.

Si quieres saber más sobre qué tipo de protector solar necesitas te contamos todo sobre los protectores naturales en este artículo.

¿Qué hacer después de broncearse?

Tras la exposición solar hay que cuidar la piel con la aplicación de una crema adecuada y con la ingesta de frutas y verduras, que nos ayudan a hidratarnos y nos aportan los antioxidantes, vitaminas y minerales clave para mantener sana la piel.

Para mantener en condiciones óptimas la piel, es importante una educación dermatológica que tiene que empezar en los primeros años de vida. De esta forma, conseguiremos obtener todos los beneficios que nos aporta el sol dejando a un lado sus efectos no deseados.