Cistocele: por qué aparece y cómo solucionarlo
El cistocele o prolapso anterior aparece cuando los músculos que sostienen la vejiga y la pared de la vagina se debilitan, lo que hace que la vejiga sobresalga por la vagina. La pared frontal de la vagina sostiene la vejiga; esta especie de muro que hay entre los órganos puede debilitarse con la edad. Si ese deterioro es importante, la vejiga no se puede “apoyar” y desciende hacia la vagina, produciendo episodios de incontinencia, con pérdida de orina al estornudar, toser o al hacer algún esfuerzo.
La incontinencia vesical y otros problemas urinarios son los síntomas de alarma, ya que la vejiga está sometida a una presión que altera la micción. Como consecuencia de esa incontinencia, pueden aparecer infecciones de orina y molestias importantes, ya que aumentan las ganas de orinar, aparecen problemas de vaciado de la vejiga y pérdidas de orina al hacer esfuerzos.
Los síntomas del cistocele son:
- Sensación de malestar o dolor en la pelvis.
- Tejido de la vejiga que sobresale de la vagina.
- Dificultad para orinar.
- Sensación de que la vejiga no está vacía inmediatamente después de orinar. Es lo que se conoce como micción incompleta.
- Pérdidas de orina al estornudar, toser o hacer un esfuerzo.
- Infecciones vesicales frecuentes.
- Relaciones sexuales dolorosas.
- Dolor lumbar.
Como en otros prolapsos, el cistocele o prolapso vesical se divide en 4 grados, dependiendo de la afectación: leve, moderado, grave y completo.
Cistocele de grado 1. Es cuando solo una pequeña parte de la vejiga va hacia la vagina.
Cistocele de grado 2. La vejiga ya se inclina lo suficiente como para poder alcanzar la abertura de la vagina.
Cistocele grado 3. La vejiga sobresale a través de la abertura de la vagina y se puede notar.
Cistocele grado 4. La vejiga sobresale completamente fuera de la vagina. En líneas generales, el cistocele grado 4 se puede asociar con otras formas de prolapso de órganos pélvicos, como el prolapso uterino, el rectocele o el enterocele.
Para el tratamiento del cistocele grado 1, que no produce dolor ni grandes molestias, se suele recomendar evitar grandes esfuerzos y no levantar objetos pesados. El abordaje del cistocele grado 2 se hace fortaleciendo la musculatura del suelo pélvico, donde la opción más avalada por la experiencia son los ejercicios de Kegel. Esta pauta de ejercicios permite que se recupere el tono muscular de la pared de la vagina, lo que hace que la vejiga no sobresalga por ella.
La cirugía es la opción más valorada para los grados 3 y 4. El objetivo consiste en sujetar la vejiga. Para ello se accede a través de la vagina y se coloca una especie de malla para mantener la vejiga en su sitio.
En casi todos los casos, la cirugía es ambulatoria, es decir que no hace falta pasar la noche en el hospital, aunque en algunos casos sí que está indicada la vigilancia postoperatoria.
En el postoperatorio de la cirugía del cistocele puede aparecer cierto cansancio y debilidad como consecuencia de la intervención. Por eso, es muy importante seguir las recomendaciones del equipo de especialistas. Lo que se debe tener claro, es que durante los días posteriores a la cirugía no se debe levantar peso, ni tener relaciones sexuales. Lo normal, salvo excepciones concretas, es que se recupere la vida normal a las 4 o 6 semanas de la intervención.
Cómo preparar la consulta con un especialista:
Ante cualquier problema al orinar y dolor en la zona pélvica, se debe consultar a un especialista. Muchas mujeres no acuden al médico por vergüenza o porque piensan que son cosas de la edad. Sin embargo, se trata de un trastorno que se puede tratar de manera eficaz, y cuanto antes mejor.
Para preparar la consulta, es recomendable hacer una lista con información y preguntas para despejar todas las dudas:
- ¿Qué pruebas tengo que hacerme?
- ¿Cuáles son los tratamientos disponibles?
- ¿Es todo cosa de la edad?
- ¿Cómo evoluciona el cistocele?
- Si no funcionan los tratamientos, ¿qué puedo hacer?
- ¿Qué puedo hacer para evitar que se vuelva a producir un cistocele?