¿Qué es la miomectomía?
La miomectomía es el procedimiento quirúrgico mediante el cual se extirpan los miomas uterinos, que son tumores benignos, no cancerosos, que se desarrollan en la pared del útero. Los miomas uterinos pueden ser únicos o múltiples y su desarrollo es frecuente en la edad fértil. En la menopausia, sin embargo, tienden a disminuir.
Los miomas pueden crecer durante la gestación debido al aumento del flujo sanguíneo y el incremento de estrógenos. Tras el embarazo suelen volver a su tamaño inicial, por eso no se recomienda intervenirlos hasta que hayan pasado unos meses del parto y se haya producido la involución del útero.
En muchos casos los miomas pasan desapercibidos porque no causan síntomas y no requieren tratamiento. Los síntomas habituales pueden ser:
- Sangrado menstrual abundante.
- Periodos menstruales prolongados, que duran más de una semana.
- Dolor o presión en la zona pélvica. Dolor con las relaciones sexuales.
- Necesidad frecuente de orinar, y molestias o dificultad al hacerlo.
- Molestias o dolor lumbar o en las piernas.
- Abortos espontáneos y dificultades para conseguir un embarazo.
El diagnóstico se realiza habitualmente mediante la ecografía vaginal. En ocasiones se puede realizar una resonancia magnética pélvica para tener un mayor detalle del tamaño y posición de los miomas cuando son múltiples. La histeroscopia permite la visualización completa de la cavidad uterina, especialmente útil en el diagnóstico de los miomas submucosos, es decir, aquellos que crecen hacia dentro de la cavidad del útero.
Cómo se realiza una miomectomía por histeroscopia
Hasta hace unos años la histerectomía, que consiste en la extirpación total del útero, era el procedimiento de elección en las pacientes con miomas uterinos. Esto suponía renunciar a la posibilidad de concebir. Sin embargo, los grandes avances en cirugía mínimamente invasiva han permitido el desarrollo de nuevas técnicas, como la miomectomía por histeroscopia o laparoscópica, mediante la cual es posible extirpar los miomas mediante incisiones mínimas que permiten una incorporación rápida a la vida normal.
En la miomectomía por histeroscopia se emplea un aparato denominado histeroscopio que se introduce a través del cuello uterino para acceder a su cavidad y extirpar los miomas con instrumental específico. La miomectomía por histeroscopia es una técnica ambulante, no requiere hospitalización y la recuperación es muy rápida. Pueden aparecer algunas molestias pero se controlan fácilmente con analgésicos.
Miomectomía por laparoscopia
En el caso de la miomectomía por laparoscopia, el cirujano realiza pequeñas incisiones en el abdomen por las que se introducen una cámara y el instrumental necesario para intervenir. En este caso se utiliza anestesia general y es necesaria la hospitalización durante mínimo 24 horas. Para poder trabajar en la zona, previamente se insufla dióxido de carbono en el abdomen, lo que suele causar algunas molestias y dolor leve los días posteriores a la intervención. Estas molestias desaparecen conforme se absorbe el dióxido de carbono y lo habitual es que se pueda hacer vida normal a la semana de la intervención.
Miomectomía con el robot Da Vinci
Entre los avances que se han producido en la cirugía ginecológica se encuentra el sistema robótico Da Vinci, que permite realizar intervenciones de precisión mínimamente invasivas, lo que se traduce no solo en mejores resultados sino también en postoperatorios más cortos, ya que reduce el riesgo de complicaciones y facilita la recuperación. Este sistema permite extirpar y suturar mejor los miomas a los que es más difícil acceder por su localización.
Ventajas miomectomía
Entre las ventajas de la miomectomía con el sistema robótico Da Vinci están:
- Reducción de los días de hospitalización.
- Menos dolor y molestias.
- Menos riesgo de complicaciones y de infecciones.
- Menor pérdida de sangre y, en consecuencia, de necesitar transfusiones de sangre.
- Más posibilidad de conservación del útero.
- Retorno más rápido a las actividades de la vida diaria.
En la cirugía mínimamente invasiva con el robot Da Vinci, el instrumental quirúrgico y una cámara se introducen a través de pequeñas incisiones, y el cirujano observa la zona a intervenir desde un monitor en 3 dimensiones. El sistema robótico tiene unas pinzas articuladas que imitan los movimientos del cirujano, lo que hace que estos sean mucho más precisos y se extirpe el tejido necesario sin generar daños en tejidos adyacentes. Durante la intervención se utiliza anestesia general.
Las complicaciones de la miomectomía laparoscópica o robótica son poco frecuentes, pero puede producirse sangrado excesivo o la aparición de tejido cicatricial o adherencias.