¿Qué son los miomas uterinos?

Los miomas, también conocidos como fibromas, son unos tumores sólidos del útero. Al hablar de tumores no queremos decir que sean malos, ya que existen tanto benignos como malignos. Los miomas son tumores benignos, ya que consisten en unos nódulos que crecen más de la cuenta en el útero. Existen muchos tipos de miomas que clasificamos según su localización en el útero.

Miomas uterinos en el útero

Tipos de miomas uterinos

Encontramos 2 tipos de miomas:

  • En la parte de fuera del útero, que normalmente dan menos problemas.
  • En la parte de dentro del útero, que sí dan más problemas, sobre todo en forma de sangrado.

Cuando nos planteamos tratar a una paciente con miomas, lo primero que tenemos que pensar es que es una paciente con miomas y cuentan mucho sus planes e intenciones futuras: si va a querer tener más embarazos o no, si existe la posibilidad de tratamiento médico o si quiere operarse.

Por eso, a la hora de plantearnos los tratamientos de miomas, es importante hablar con la paciente y saber un poco sus intenciones. También es básico saber que solo tratamos los miomas que dan síntomas. Los miomas que no dan síntomas, como en el 60% de las mujeres y no les producen sangrado, no producen esterilidad o dolor, esos no los tratamos en ningún caso.

Causas de los miomas uterinos

Se desconoce su origen exacto, aunque una de las posibles causas puede estar relacionada con los niveles de ciertas hormonas, en concreto de la progesterona, que favorecería su crecimiento. También podría existir un componente hereditario.

Esta lesión es la más frecuente del aparato genital femenino y afecta a la mayor parte de las mujeres a partir de los 20 años. Aproximadamente un 70% de las mujeres pueden haber desarrollado algún mioma a lo largo de su vida. Los miomas uterinos pueden ser de muchos tamaños, tanto microscópicos como de un volumen que lleguen a ocupar todo el útero.

Crecen en el tejido muscular de la matriz, generalmente son redondos o casi redondos, y su tamaño puede variar desde una canica hasta una pelota de tenis. Los miomas pueden crecer en la pared del útero (intramurales), en la capa interior del útero (submucosos), o en la capa externa del útero (subserosos).

Síntomas de los miomas uterinos

En la mayoría de los casos los miomas uterinos son asintomáticos y no requieren tratamiento. Sin embargo, cuando aparecen síntomas estos suelen variar dependiendo del volumen y la localización. Los síntomas más comunes son menstruaciones abundantes y muy dolorosas, sangrado entre periodos o micción frecuente.

La hemorragia es el síntoma más común, llamado metrorragia. Los miomas que se desarrollan en la cavidad uterina interna (submucosos) son los que provocan hemorragias más severas. Como consecuencia de estas hemorragias la mujer puede padecer anemia ferropénica.

Cuando los miomas son de gran tamaño presionan la vejiga provocando dolor, sensación de peso y necesidad frecuente de orinar. En ocasiones presionan también el recto causando estreñimiento.

Otro de los síntomas habituales es el dolor, bien dolor más intenso durante la menstruación o dolor persistente durante un período prolongado.

Las embarazadas también pueden tener miomas que tienden a crecer durante la gestación y en algunos casos pueden causar complicaciones. Este crecimiento está provocado por el aumento del flujo sanguíneo y de los niveles hormonales, aunque tras el parto los miomas suelen disminuir de tamaño hasta casi desaparecer.

Si se tienen sangrados habituales o dolores abdominales producidos por el crecimiento o aumento de miomas es recomendable que se establezca un tratamiento. Por lo general se priorizará el tratamiento no invasivo dirigido a atenuar los síntomas y reducir el tamaño. Si estas pautas no fueran suficientes se puede proceder a una técnica más invasiva como es la cirugía, extracción del mioma (miomectomía) o del útero (histerectomía).

Pruebas diagnósticas

Como forma de prevención se recomienda hacer revisiones ginecológicas sobre todo en el caso de tenerlos ya diagnosticados para controlar su crecimiento.

Para su diagnóstico se realiza un examen pélvico y una ecografía que permite precisar su tamaño y localización. En los casos de obesidad puede ser necesaria una resonancia magnética, ya que los miomas son más difíciles de visualizar en personas con exceso de peso.

Los miomas a veces no son fáciles de diagnosticar, y los problemas de obesidad pueden complicarlo más. Sin embargo, cuando el médico sospecha que puede existir este trastorno podrá realizar las siguientes pruebas:

  • Ecografía transvaginal: este dispositivo produce ondas sonoras para poder devolver una imagen del interior del útero.
  • Resonancia magnética: mediante imanes y ondas de radio potentes se creará la imagen.
  • Histeroecografía: ecografía con infusión salina, que se inyecta dentro del útero para ver con más claridad el interior.

Si estas pruebas no han dado resultados o no son concluyentes se podrá recomendar:

  • Histeroscopia: es un tubo, largo y delgado, que se inserta a través de la vagina hasta el útero.
  • Biopsia endometrial: cuando se tiene un sangrado excesivo se realiza esta prueba. Se toma una muestra del útero y se analiza buscando si se tiene algún cáncer.

Tratamientos de los miomas uterinos

Aas pacientes con miomas susceptibles de ser tratarlos debido a alguna sintomatología, se les ofrece diferentes tipos de tratamientos, desde los quirúrgicos hasta los tratamientos médicos. De los tratamientos quirúrgicos podemos ser más agresivos y quitarle el útero entero, que eso solo lo haríamos en aquellas pacientes que no quieren quedarse embarazadas, o podemos ser más conservadores y quitarles solo el mioma.

Cuando quitamos solo el mioma, lo podemos hacer por laparoscopia, operando a base de pequeños instrumentos, con incisiones muy pequeñas, con cirugía robótica, igual, pequeñas incisiones y mayor movilidad dentro del abdomen de la mujer, o lo podemos hacer por la vía clásica, abriendo el abdomen de la mujer.

Anticonceptivos

Los miomas uterinos se pueden tratar con anticonceptivos que ayudan a controlar los periodos menstruales abundantes, suplementos de hierro para prevenir la anemia causada por el sangrado excesivo e ibuprofeno para controlar el dolor.

Miomectomía

La miomectomía por histeroscopia o laparoscópica es  procedimiento quirúrgico mediante el cual es posible extirpar los miomas mediante incisiones mínimas que permiten una incorporación rápida a la vida normal.

Histeroscopia 

Una cuarta forma de cirugía sería la histeroscopia, metemos un pequeño tubo a través del cuello del útero, vemos dónde está el mioma y lo quitamos. Esta intervención sólo lo podemos hacer para eliminar aquellos que están dentro del útero. En las mujeres que tienen síntomas y que nos planteamos el tratamiento médico, hoy en día, disponemos de una serie de tratamientos que administramos a una mujer, como cualquier otra pastilla, y eso consigue que se reduzca el mioma en su volumen, y sobre todo, conseguimos que reduzca el sangrado de los miomas.

Histerectomía

En los casos más graves, puede realizarse una histerectomía, es decir a la extirpación del útero.

Factores de riesgo de los miomas en el útero

  • Los miomas pueden aparecer desde la adolescencia hasta la menopausia, aunque es más probable que sea a partir de los 30 años. No se sabe el motivo por el que surgen, pero se piensa que está relacionado con la producción de hormonas ya que después de la menopausia no vuelven a aparecer o bien reducen su tamaño. Igualmente las mujeres con menarquía precoz (menstruación antes de los 10 años) tienen mayor probabilidad de padecerlos que aquellas que han tenido una menarquía tardía (después de los 16 años).

Las mujeres que tienen miomas en el útero tienen mayor probabilidad de padecer enfermedades relacionadas con las hormonas sexuales como ovario poliquístico, hiperplasia de endometrio y problemas de esterilidad.

  • Según algunos estudios, la raza también es un factor de riesgo para tener un útero miomatoso. La raza negra tiene mayor probabilidad y en concreto, si son afro-americanas pueden tener miomas más grandes, más dolorosos y a edades más tempranas. Por lo contrario, las  mujeres asiáticas son las que tienen menor incidencia de padecerlos.
  • La obesidad está asociada con la presencia de miomas en el útero. Por esta razón, las mujeres con sobrepeso también corren mayor riesgo, así como que sean más grandes. En las mujeres obesas el nivel de estrógenos es elevado debido a que el tejido graso se transforma en estrógeno, desequilibrando el nivel hormonal.
  • Si la mujer tiene antecedentes familiares de primer grado, es frecuente que se reproduzca este trastorno. Los factores genéticos aumentan en 2,5 veces la probabilidad de padecerlos.
  • Una alimentación desequilibrada, rica en grasas y carnes puede aumentar su incidencia. Por el contrario, una dieta rica en frutas, verduras y pescado puede ayudar a regular la generación de los miomas.
  • Las mujeres que no han tenido hijos, es decir, que nunca hayan dado a luz, pueden sufrir de útero miomatoso. Sin embargo, si se tuviera algún mioma antes del embarazo, el aumento del nivel hormonal puede provocar un crecimiento rápido de los mismos.
  • Los estrógenos y la progesterona juegan un papel fundamental en la producción y crecimiento de los miomas.

Consecuencias de los miomas

Los miomas submucosos e intramurales son los que suelen provocar más síntomas alterando la estructura de endometrio y sangrados frecuentes. Estos trastornos podrían provocar problemas de fertilidad en la mujer al incidir en la calidad del endometrio y la anidación embrionaria. La calidad de la pared del útero está alterada lo que puede provocar mayor incidencia de abortos.

La sintomatología asociada a los miomas (sangrado frecuente, dolor, anemia,..) puede reducir la calidad de vida de la mujer, impidiéndole realizar su actividad diaria normal, o mantener relaciones sexuales.

Los miomas son tumores benignos, pero un porcentaje muy bajo (0,5%) se convierten en tumores malignos. Estos tumores se llaman leiomiosarcomas. Si el médico ginecólogo sospecha que el mioma puede ser de estas características realizará pruebas más exhaustivas para determinarlo, aunque es muy poco habitual.