Infertilidad en la mujer

La infertilidad femenina está presente en el 80% de los casos de infertilidad de la pareja, siendo la única causa en el 50% de los casos, mientras que en el 30% restante confluyen situaciones de ambos miembros de la pareja.

El 50% de los casos de infertilidad de una pareja se debe exclusivamente a la mujer.

Las causas de infertilidad femenina son muy diversas, si bien hay que establecer claras diferencias entre la infertilidad primaria (cuando no se han tenido previamente hijos) y la secundaria (cuando se ha tenido al menos un hijo).

Causas de la infertilidad femenina

Existen diferentes situaciones que originan en la mujer problemas de ovulación, obstáculos para que el óvulo fecundado no se fije en el endometrio o que se produzca un aborto espontáneo.

Las causas principales de la infertilidad femenina son:

  • Síndrome antifosfolipídico y otras enfermedades autoinmunes.
  • Malformaciones congénitas del aparato reproductor.
  • Obstrucción de las trompas de Falopio.
  • Alteraciones en el equilibrio hormonal.
  • Miomas o pólipos en el útero o el cuello uterino.
  • Cáncer de útero, ovario o cuello uterino.
  • Haber sido sometida a un tratamiento oncológico.
  • Obesidad.
  • Diabetes.
  • Trastornos de la coagulación.
  • Ovario poliquístico.
  • Endometriosis.
  • Enfermedad inflamatoria pélvica.
  • Edad avanzada.
  • Enfermedades de transmisión sexual.
  • Alcoholismo o tabaquismo.
  • Enfermedad tiroidea.
  • Enfermedades posteriores al último parto (diabetes, problemas de tiroides o hiperprolactemia).
  • Enfermedades genéticas.

¿Cómo prevenir la infertilidad?

En algunos casos, las causas de la infertilidad femenina se encuentran en sus hábitos de vida y, consecuentemente, son prevenibles. No fumar, ni beber alcohol, ni consumir drogas forman parte de este capítulo, pero también el mantener una dieta equilibrada, realizar ejercicio regularmente pero sin excesos. Finalmente, hay que mencionar a las prácticas sexuales sin protección cuando no se tiene pareja estable.

También es importante la detección y correcto tratamiento de enfermedades que puedan afectar a la fertilidad, por lo que someterse a revisiones médicas periódicas (no sólo ginecológicas) puede ser una buena manera de evitar situaciones de infertilidad o revertirlas mediante un tratamiento adecuado.

Cabe, por último, hacer hincapié en el hecho de no retrasar el momento de la maternidad si se desea tener hijos, pues la edad es un factor determinante en el grado de fertilidad femenina.

Consecuencias psicológicas de la infertilidad

El proceso de llegar a ser padres cuando la infertilidad está presente no es tarea fácil, ya que hay que ir superando una serie de obstáculos, materializados la mayor parte de ellos en forma de miedos, angustia, ansiedad e incertidumbre.

Para poder manejar la infertilidad es necesario poder contar con el apoyo de especialistas, entre los que el psicólogo se convierte en una figura clave en todo el proceso, ya que participa en la mayor parte de las fases.

Ayuda psicológica para la infertilidad

Afrontar los problemas que conlleva la infertilidad es un momento duro para la pareja. De hecho, puede provocar sentimientos de frustración, tristeza, pena, de falta de un proyecto común, y esa noticia puede hacer peligrar la vida juntos.

Una vez que la pareja ha decidido intentar ser padres con técnicas de reproducción asistida debe contar con el apoyo del psicólogo para que le ayude a afrontar la nueva situación y le ofrezca las pautas necesarias que le facilite la gestión de sus miedos y los cambios que se van sucediendo.

Saber controlar la ansiedad y el estrés es clave para poder lograr un embarazo.

Contar con la ayuda de un especialista que ofrezca las pautas necesarias para vivir el proceso de la fecundación in vitro de la forma más tranquila posible es necesario para controlar el estrés y la ansiedad.

La espera de resultados

Esa ansiedad es mayor a la hora de esperar los resultados de las distintas pruebas a las que se tiene que someter la mujer, sobre todo cuando se produce la implantación. Si no se logra el embarazo, el psicólogo puede ofrecer las pautas necesarias para sobrellevar el duelo, sobreponerse e intentarlo de nuevo.

Durante el embarazo

Una vez conseguido el embarazo, el psicólogo puede resolver muchas de las dudas que tiene la pareja y que no comentan al ginecólogo, sobre todo dudas a nivel de sentimientos y de inseguridades que surgen al asumir su nuevo papel de padres.