Operarse de la vista en primavera permite disfrutar al máximo del buen tiempo sin la pesadez que supone llevar lentes, líquidos limpiadores, gafas graduadas normales y de sol, estuches… Por ello, la primavera es una época tan buena como cualquier otra para eliminar tu miopía y astigmatismo, o hipermetropía, mediante cirugía refractiva.

Sin embargo, es importante tomar algunas precauciones adicionales, ya que la primavera implica un aumento de alérgenos, principalmente polen, así como un incremento de las actividades al aire libre en las que nuestros ojos se pueden ver expuestos a situaciones de riesgo, como golpes o entrada de cuerpos extraños.

Muchas personas eligen precisamente la primavera para operarse porque quieren disfrutar del ocio estival sin tener que depender de lentillas o gafas.

Consejos tras operarse de la vista en primavera

Tras someterte a la cirugía refractiva, es posible que sientas algunas molestias, como escozor, sensación de arenilla en los ojos o una mayor sensibilidad a la luz. No te preocupes, son normales y desaparecerán a las pocas semanas de la intervención.

Para que el proceso de cicatrización y el postoperatorio sean todo un éxito, es muy importante que tengas en cuenta una serie de recomendaciones generales, independientemente de la época del año en la que te operes:

  • No tocarte o frotarte los ojos.
  • No dormir boca abajo.
  • Evitar los deportes de contacto o cualquier otra actividad en la que puedas recibir golpes en el ojo.
  • Aplicar sólo los colirios y medicamentos que te prescriba el oftalmólogo.
  • Lavar las manos antes de tocar los ojos.
  • Usar gafas de sol para aliviar la sensibilidad a la luz.

Pero además, tienes que tomar precauciones adicionales puesto que la primavera supone la eclosión de agentes alérgenos que pueden afectar a tus ojos, provocando picor, lagrimeo, enrojecimiento, inflamación e incluso una disminución de la visión. La alergia es, sin duda, el factor que puede hacer más molesto el postoperatorio si te operas en primavera.

¿Qué hacer para proteger tus ojos?

Si eres alérgico, es importante que evites las zonas de polinización, así como las horas del día en las que la concentración de polen es más elevada (primeras horas de la mañana y últimas de la noche). Como esto no siempre es posible, lo mejor que puedes hacer es usar gafas de sol de manera continuada, ya que te protegerán no solo de los rayos UV, sino también del polen.

A la hora de elegir las gafas, te recomendamos acudir a una óptica donde puedan asesorarte. No te fijes solo en la marca o en las cuestiones estéticas. Es importante que compres gafas homologadas, con un filtro adecuado y que ofrezcan todas las garantías de calidad y seguridad que necesitan tus ojos.

Si ves unas gafas muy oscuras, no creas que por ello te protegerán más, pues si no cuentan con el filtro adecuado, pueden dañar tus ojos. Debes usar gafas de sol que absorban la mayor cantidad posible de UV  tras la operación.

Además, al retomar la actividad deportiva tras operarse de la vista en primavera, es importante que tus gafas cubran los laterales, evitando que se filtre más luz y que entren polvo e impurezas en el ojo.

Higiene ocular

En primavera también debes ser más meticuloso con la higiene ocular, ya que al pasar más tiempo al aire libre aumenta el riesgo de irritación a causa del polen, esporas, polvo, arena u otros cuerpos extraños.

Todos estos elementos pueden impregnar tu ropa, así que lo mejor es que te duches cuando llegues a casa y laves la ropa que llevabas para librarte de alérgenos y suciedad. No olvides llevar contigo lágrimas artificiales para mantener hidratados tus ojos y prevenir el picor y el enrojecimiento.

Seguridad bajo el agua

El postoperatorio de la cirugía refractiva es muy rápido, por lo que podrás nadar con gafas de natación a las dos semanas de la intervención (siempre y cuando el oftalmólogo no te indique lo contrario).

Para practicar otros deportes acuáticos, como el buceo o el surf, tendrás que esperar al menos tres meses. En todo caso, antes de retomar este tipo de actividades es importante que hables con tu oftalmólogo para que pueda valorar si tus ojos están preparados para sumergirse.

Y recuerda que cada paciente es diferente, y debes tomar esto como recomendaciones generales. Será tu médico quien te indique en tu caso concreto cuando volver a realizar tu actividad habitual