Hoy en día, hay diferentes tipos de lentillas en el mercado, que básicamente se dividen entre convencionales o anuales, y desechables, entre las que se incluyen las permanentes o semanales.
Es importante que a la hora de ponerte lentillas, escojas las que más se adapten a tus necesidades, estilo de vida y preferencias y por supuesto, lo que te recomiende tu oftalmólogo, pues es el especialista quién te ayudará a tomar la decisión adecuada.
Si empiezas a usar lentillas aprende a utilizarlas correctamente, y recuerda que todos los tipos de lentillas tienen una fecha de caducidad y un reemplazo que debe cumplirse estrictamente para evitar la aparición de infecciones o problemas oculares más graves.
Conoce las diferencias entre los distintos tipos de lentillas
- Las lentes desechables están hechas de un plástico flexible muy fino que puede romperse fácilmente.
- Las lentes de mayor duración son más fuertes y se deterioran con menos facilidad.
Ventajas e inconvenientes de los distintos tipos de lentillas
Las lentillas desechables, como su nombre indica, son las que se cambian con periodicidad. De hecho, pueden ser diarias, semanales, mensuales o trimestrales, pero las que más se utilizan son las diarias o las mensuales.
Las lentillas diarias
- Fáciles de adaptar, suaves y muy cómodas. Como son de un solo uso y muy finas, sirven para un día, ya que se pueden romper con facilidad.
- Necesitan pocos cuidados para mantenerlas. Son estériles, no hay que limpiarlas porque se utilizan y se desechan.
- Se pueden utilizar cuando las necesitas, es decir, a la hora de hacer deporte, ir con los amigos, ir a la playa o los fines de semanas. Las usas un día, y las tiras.
- Pueden corregirse varios problemas de refracción, ya que el ojo tiene más oxigenación y lubricación.
- Puedes optar por varios colores. Al ser de un solo uso puedes cambiarte el color de tus ojos cuando te apetezca.
Las lentillas semanales/quincenales
- Son la mejor opción para los que quieran utilizarlas por la noche. Están hechas de hidrogel de silicona con alta permeabilidad al oxígeno y permite que la córnea esté lubricada.
- No requieren mucha limpieza.
- Pueden ser bifocales, es decir, corregir dos problemas refractarios con una sola lente.
- El riesgo de infección es mayor al precisar cuidados por parte del usuario para su correcto uso.
- Su uso prolongado puede favorecer la aparición de inflamación y de irritaciones, porque aunque el material de que están hechas permite la transpiración, tienes que saber las lentes de contacto interfieren más o menos en la circulación ocular.
Las lentillas mensuales
- Son las más asequibles económicamente hablando. Las lentillas diarias son más caras, aunque no necesitas una solución de limpieza y mantenimiento para el lentillero. No obstante, se trata de productos asequibles, y si se considera el gasto en conjunto son más baratas.
- Requieren una limpieza y desinfección simple, pero diaria. Es clave para que no aparezcan infecciones oculares ni irritaciones en el ojo.
- Se tienen que quitar por la noche, limpiarlas y conservarlas en su estuche con una solución de mantenimiento.
- Pueden corregir varios defectos refractivos a la vez.
Las lentillas convencionales o anuales
A la hora de hablar de lentillas no nos podemos olvidar de las convencionales o anuales. Estas lentes de contacto son más resistentes que las lentes blandas, más firmes y rígidas. Tienen una vida relativamente larga y generalmente se cambian todos los años, lo que se suele hacer coincidir con la revisión oftalmológica anual.
Son fáciles de poner, de limpiar y de conservar. Eso sí, tienes que quitartelas por la noche, no debes dormir con lentillas porque tu ojo necesita “respirar” y oxigenarse bien. Las lentillas convencionales también pueden corregir varios defectos refractivos a la vez y son la mejor opción cuando existe un alto número de dioptrías, ya que algunas lentillas desechables, sobre todo las hechas con materiales más blandos no son capaces de corregir.