Una de las lesiones más comunes cuando se esquía de forma habitual es la fotoqueratitis, también conocida como la ceguera de la nieve, que consiste en la inflamación de la córnea debido a la sobre exposición a los rayos UV y la luminosidad extrema.
La fotoqueratitis o ceguera de la nieve no aparece de inmediato, sino entre las 6 y 12 horas después de la exposición.
Además de fotoqueratitis, la exposición prolongada a los rayos UV en la nieve puede causar lesiones más graves en distintas estructuras del ojo, como la retina, ya que tal y como ocurre con la piel, los efectos de los rayos UV en los ojos también son acumulativos.
Síntomas de la fotoqueratitis
- Dolor ocular.
- Inflamación de ojos y párpados.
- Rojez e irritación.
- Sensación de tener arenilla o alguna partícula dentro del ojo.
- Sensibilidad a la luz, percepción de resplandores o halos de luz.
- Lagrimeo.
- Visión borrosa.
- Ojos y/o párpados hinchados.
- Dolor de cabeza.
Ante los primeros síntomas de fotoqueratitis hay que acudir al oftalmólogo, quien podrá determinar la presencia de lesiones y prescribir colirios o geles cicatrizantes.
Asimismo, es conveniente tapar los ojos o mantenerse en un entorno oscuro, así como tomar analgésicos en caso de que el dolor sea fuerte. Si las lesiones son leves, lo habitual es que los síntomas remitan y se note una mejoría a las 24 o 48 horas de iniciar el reposo y tratamiento.
Prevenir la fotoqueratitis
Si estás preparando tu equipo para ir a esquiar, no olvides prestar atención a tus gafas de sol, ya que de ellas dependerá la salud de tus ojos mientras estás en la nieve.
Recuerda, cuanto mayor es la altitud, mayor es la cantidad de radiación ultravioleta (UV) que llega a la superficie. Si a esto le sumamos el hecho de que la nieve refleja cerca del 80% por ciento de esta radiación, nos encontramos en un entorno en el que es fundamental proteger los ojos de un posible daño.
La mejor manera de prevenir la fotoqueratitis o ceguera de la nieve es protegiendo los ojos con unas gafas de esquí que tengan un filtro UVA de nivel 4 y tapen el ojo desde todos los ángulos, incluso el lateral.
A la hora de elegirlas, no hay que dejarse llevar por las modas: debemos apostar por gafas de calidad homologadas, ya que el hecho de que unas gafas sean oscuras no significa que tengan un filtro UV adecuado o cristales de calidad. Asimismo, es recomendable elegir gafas polarizadas porque eliminan los reflejos de ciertos ángulos de la superficie y mejoran la visión en la nieve.